Train Dreams
Crítica TV ·
Una película en la que todo rima y todo queda con una extraña y mágica resonanciaHacía tiempo que una película no me removía tan hondo. Es como un sueño, soy incapaz de explicar por qué. Pero es más que una ... sensación, es certeza, como cuando abres un libro al azar y aparece un poema que hasta unos segundos antes no existía y de repente no puedes dejar de leer, como si fuera el centro del universo sobre el que gira todo lo demás, como si te arrastra la corriente de una catarata inevitable y las raíces de un árbol se te enrollaran en la pierna hasta convertirse en parte de ti. «And I can't begin to tell you how that feels...».
'Train Dreams', dirigida por Clint Bentley (nominado a los Oscar en 2024 por 'Las vidas de Sing Sing'), me pareció hermosa. Una película en la que todo rima y todo queda con una extraña y mágica resonancia. No tengo nada que ver con su protagonista, un leñador que nunca vio el mar y que ayuda a construir las vías del ferrocarril en la América profunda de principios del siglo XX. Y nunca pisé esos colosales bosques ni construí una cabaña junto al río. Sin embargo, las imágenes, los sonidos, los diálogos, las miradas, el llanto y la risa, los perros, la amistad, el horizonte y las nubes, la vida y la muerte... nada me resulta ajeno. Un hilo que lo conecta todo, incluido a mí mismo.
El reparto de 'Train Dreams', basada en el relato de Denis Johnson, es deslumbrante: Joel Edgerton, Felicity Jones, Clifton Collins Jr., Kerry Condon y William H. Macey. Una película, la tienen en Netflix, que en poco más de hora y media ofrece belleza, reflexión, emoción, amor y eternidad. Y una canción de Nick Cave que es infinita y que repite, a cada rato, un verso maravilloso. «And I can't begin to tell you how that feels». Tal vez sea cosa mía, no lo sé, pero no podía esperar a contarte lo que se siente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión