Los Presupuestos en cualquier Administración, también en el Estado, más allá de representar sus cuentas y del 'momento foto' de apoyo al Gobierno, son el ... instrumento necesario para hacer realidad las políticas concretas y poner en marcha medidas que pretenden mejorar la vida de la gente, más en un escenario pospandemia. No solo son una herramienta útil para la necesaria recuperación económica, también deben servir a la justicia social y a la reparación.
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En Podemos Euskadi lo tenemos claro y de ahí nuestra participación comprometida en esta tarea. Cuando te enfrentas a una negociación presupuestaria, siempre hay demasiados temas que tocar, pues las necesidades de la ciudadanía vasca son muchas. La reforma laboral, con Yolanda Díaz pilotando esta negociación, está muy cerca; no hay duda de que saldrá antes de fin de año. También tenemos la subida de las pensiones no contributivas, un acuerdo sobre la Ley de Vivienda e incluso la subida al mínimo del 15% del Impuesto de Sociedades. Dicho esto, es preciso aclarar que no hemos acabado nuestro trabajo, hay temas pendientes que se arrastran desde hace demasiado tiempo, que son de justicia y, por ello, preocupan y mucho a Podemos Ahal Dugu. Uno de ellos es la creación de un fondo de compensación para las víctimas del amianto.
El amianto es un agente cancerígeno con el que convivieron durante décadas muchos trabajadores en Euskadi. Los trabajadores y las trabajadoras son las principales víctimas de un tipo de cáncer, el mesotelioma, asociado al mundo del trabajo, porque casi en su totalidad está producido por el amianto. Quienes enfermaron (y enferman) a causa de él no eran conscientes de que todos los días, cuando iban a trabajar, cuando iban a ganarse el sustento, se estaban contaminando con microfibras de cemento que se incrustaban en sus pulmones y que constituían una sentencia de muerte segura. Es una verdadera tragedia. No hay derecho a que una persona, por intentar ganarse la vida, la acabe perdiendo.
En Euskadi, debido a la actividad industrial, conocemos muy bien los efectos letales del amianto. Por poner un ejemplo, la empresa que más factura en Gipuzkoa, CAF, lleva ya más de 85 muertos por una exposición continuada y por manipular amianto sin medidas de protección, la mitad en su planta de Beasain.
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Las víctimas del amianto y sus familiares están absolutamente indefensos porque han de litigar por el reconocimiento de esta enfermedad laboral individualmente y, en muchas ocasiones, las empresas donde estuvieron expuestos a este agente mortal ya están cerradas. Las indemnizaciones suelen ser escasas y esporádicas. Y a esto hay que añadirle la dificultad de que se te reconozca una enfermedad que no se manifiesta hasta pasados entre 10 y 20 años para la asbestosis y entre 20 y 40 años para el mesotelioma.
Una situación especialmente trágica por su crudeza y falta de reconocimiento, aún mayor si cabe que la de sus compañeros varones, es la de las mujeres del amianto. El amianto es una microfibra que el obrero industrial se lleva a casa en el mono de trabajo. ¿Y quién hace la colada en casa? Las mujeres. Cientos de mujeres, quizá miles, han enfermado en casa por limpiar el buzo de sus maridos y respirar ese agente cancerígeno. Ellas, una vez más, son invisibles, todavía más que sus padres o sus compañeros.
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Por eso es tan necesario reconocer todas las caras de las víctimas del amianto, las de las personas que han estado expuestas a este agente en sus trabajos, las de las víctimas ambientales, vecinos próximos a las industrias afectadas y, asimismo, es importante no olvidarse de las mujeres del amianto; ellas, porque por su trabajo de limpieza o de cuidados también han padecido una enfermedad laboral. Esta iniciativa que establece algo tan razonable como un fondo de compensación para las víctimas del amianto es una asignatura pendiente.
Podemos Ahal Dugu lleva tiempo empujando esta causa y acompañando a las asociaciones de víctimas. La propuesta llegó al Congreso desde el Parlamento vasco con consenso político, social y sindical, pero parece que esto no es suficiente. Por esa razón, hemos colocado como prioridad en la mesa de negociación con el Gobierno socialista la creación de este fondo. Muy a nuestro pesar, a la ministra de Hacienda parece que esta iniciativa para resarcir a las víctimas del amianto le descuadra las Cuentas. Hemos escuchado eso de que no hay dinero, y siempre hay. La pregunta es cuáles son las prioridades de los socialistas en el Gobierno, si creen que esta medida de reparación a las víctimas del amianto es urgente o los y las afectadas pueden seguir esperando 'sine die'. No vamos a bajar los brazos. Seguiremos reivindicando.
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