Menores, táctica y estrategia
Apelo a la Ética, los Derechos Humanos y a un país rico y una región acomodada como la nuestra para hacer lo que corresponde: atender a los jóvenes migrantes
Secretaria de Empleo y Políticas Sociales del PSE-EE
Viernes, 5 de septiembre 2025, 00:03
Resulta terrible el lenguaje despersonalizado para los menores sin referentes familiares. Se habla de reparto, menas, cuotas, capacidad del sistema, tensionamiento… como si fueran mercancía; ... como si fuesen prescindibles. Y son niños, protegidos por las convenciones internacionales que firmamos, que llegan en condiciones terribles desde miles de kilómetros, en busca de su El Dorado. Niños a los que nadie cuestionaría sus derechos si hubieran nacido en el Norte global.
Los que vienen de otro continente son 'otros' que saturan y desbordan. Resulta revelador que cuando no son menores sin referentes familiares, sino menores en desprotección, nadie reparte plazas entre comunidades ni se arrojan personas a la cara ni se reclama a ninguna otra administración. ¿Por qué? Porque son los 'nuestros', hijos de autóctonos. Incoherencia.
Es obvio que la situación en Canarias, Ceuta y Melilla es insostenible con una llegada de menores y personas a borbotones. Deberíamos prestar ayuda desde la solidaridad intercomunitaria y lo mismo debería hacer Europa, que se pone de perfil. Pero se ha optado por el 'esto no me toca' obligando al Gobierno de España a establecer vergonzantes cuotas de reparto a través de Real Decreto. Enhorabuena a un Gobierno que se atreve a meter la mano en este avispero para marcar principios éticos y distribuir obligaciones.
Yo apelo a la ética, a los Derechos Humanos y, sobre todo, apelo a un país rico, el nuestro, y a una región acomodada, la nuestra, para hacer lo que corresponde: atenderles y destinar recursos.
Para quien no comparta estos argumentos, hablaré de Táctica y Estrategia política. Titular de este mes en este medio: 'Los jóvenes apenas cubrirán un 20% de las jubilaciones en Euskadi la próxima década'. Distintos informes atestiguan lo que la demografía ya ha anticipado; la tesorería de la Seguridad Social se resiente por falta de cotizaciones en un modelo envejecido; la falta de jóvenes amenaza nuestro crecimiento económico como en Japón; y hablamos de la España vaciada, la que se incendia por despoblación… no hay manos para el campo.
Podemos paliar en parte este desequilibrio demográfico y hacerlo educándoles y dando oportunidades que cualquier adolescente de los países ricos dispone. No son una carga, son un regalo para nuestra maltrecha pirámide poblacional.
Llevamos 20 años con esta matraca y no hay manera de hacer entender que los vascos -si acaso- desean tener solo uno o dos hijos ¡como mucho! y esto no va a resolver el vacío generacional del 'baby boom' (cuando había cuatro hermanos o más).
Estos menores entran por derecho propio en el sistema y es el sistema el que tiene que cambiar. Se están cerrando aulas y escuelas infantiles por falta de matrícula. ¿Y si nos ponemos en serio a replantear el modelo educativo con esta nueva realidad y adoptamos un nuevo modo de educar a menores sin referentes familiares?
Respecto a otras cosas que se oyen, que nadie se preocupe, no se van a perder las culturas patrióticas (las que sean). Solo hay que mirar a las generaciones que vinieron de Extremadura, Andalucía o Castilla. Sus casas regionales languidecen porque los hijos y nietos se autoperciben como vascos, muy vascos, y se llaman Ohiane, Aitor, hablan o chapurrean euskera y son hijos de la globalización, de la hamburguesa y de Taylor Swift. Y así será con los nuevos que llegan ahora.
Me da igual que se escuchen pocas voces públicas como la mía. Desde la experiencia de una década de gestión institucional en Bizkaia con jóvenes extranjeros, sabemos que por cada euro que se invierte se recuperan dos euros y que una inmensísima mayoría se insertan en el mercado laboral.
Seguiré alzando la voz aunque el ruido general les acuse de las peores tropelías. Cuando se destinan recursos y se invierte con seriedad y garantía, con obligaciones y derechos, y se les quiere ¡¡responden!! Cuando se les valora, responden. Conozco muchos responsables de empresas que podrían contar experiencias de éxito porque sin ellos no podrían levantar la persiana.
Tengo claro que algunos cometen fechorías porque no pueden gestionar sus mochilas de dolor, frustración, pobreza y maltrato. No justifico esas malas acciones, en absoluto, y defiendo igualmente el cumplimiento íntegro de la ley, tanto en deberes como en obligaciones. Sin embargo, está demostrado que cuando se les sitúa dentro del sistema se elimina gran parte de las razones del malestar. Si es caro darles oportunidades, lo es mucho más dejarles fuera. Y, en cualquier caso, van a seguir llegando.
Si nos quedamos en la táctica y solo vemos recursos tensionados, dificultades en la gestión, comparativas con los demás territorios, si no conducimos la política con estrategia a 20 años… nos ahogaremos en nuestro propio bienestar miserable. Seremos una sociedad sin ética y sin valores, y sin futuras generaciones. Moriremos en nuestra propia abundancia, como el personaje de Dickens, Ebenezer Scrooge.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión