Lucha contra el despilfarro
La actividad del Banco de Alimentos, además de solidaria, favorece la economía, el medio ambiente y el ahorro energético
Luis Emilio Crovetto
Presidente del Banco de Alimentos de Bizkaia
Jueves, 9 de octubre 2025, 00:00
En 1995 inició su andadura el Banco de Alimentos de Bizkaia (BAB) de la mano de un grupo de personas lideradas por Enrique García Lapeña ... y Manuel Herrero, que, en condiciones muy precarias, repartieron 30.000 kilos de alimentos. Como siempre, las grandes iniciativas empiezan pequeñas y con el paso del tiempo se desarrollan y alcanzan cotas que sorprenden a sus fundadores.
En estos 30 años hemos asistido a un desarrollo, tanto en la actividad como en reconocimiento de la sociedad, que supera las expectativas más optimistas de los primeros voluntarios: 3.887.542 kilos repartidos y 24.356 personas atendidas en 2024 a través de 156 asociaciones colaboradoras. Desde el punto de vista reputacional, el Banco de Alimentos de Bizkaia en estas tres décadas se ha convertido en una de las ONG más conocidas y prestigiosas. Presenta todos los años en marzo sus cuentas auditadas a la asamblea de socios y tiene el sello de la Fundación Lealtad, evaluador independiente de ONG que analiza la gestión, gobernanza, uso de los fondos, situación económica, voluntariado y trasparencia de las organizaciones.
Es importante el esfuerzo realizado en desarrollar la presencia del BAB en las redes sociales, para lo que ha sido fundamental la llegada de voluntarios con conocimientos en esa área del conocimiento
Un cambio relevante en el sistema de reparto y atención social es la puesta en marcha del proyecto Lagun Gunea con la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao, la Fundación BBK y la Cruz Roja, mediante el que las personas beneficiarias eligen los alimentos que necesitan por medio de unos vales que reciben según el número y edad de los miembros de la unidad familiar.
Otra forma de adquirir alimentos que se lleva a cabo últimamente es el sistema de tarjetas monedero: la leche y el aceite lo compran los beneficiarios mediante una tarjeta monedero que les permite espaciar la adquisición de esos productos y evitar el almacenamiento en casa,
Pero 30 años después tenemos que seguir explicando qué es un Banco de Alimentos. Es una organización, sin ánimo de lucro, integrada por personas voluntarias -en el caso del Banco de Alimentos de Bizkaia no hay ningún asalariado-, que lucha contra el despilfarro y trata de resolver la necesidad básica del ser humano, la alimentación.
A lo largo del tiempo nuestra actividad ha ido adaptándose a las necesidades del momento, de modo que la forma de adquirir alimentos ha evolucionado, tanto en la procedencia de los medios de financiación como en la adquisición de los productos. La financiación del Banco de Alimentos de Bizkaia procede en más de un 80% de la iniciativa privada: donaciones de particulares, empresas y fundaciones.
Respecto a la adquisición de alimentos, una parte se consigue por compra directa con fondos propios procedentes de las donaciones en efectivo, otro medio es por aportaciones de empresas de alimentación, frutas y verduras procedentes del FEGA y de los asentadores de Mercabilbao. En los últimos años se llevan a cabo las recogidas de alimentos de noviembre y mayo, que aportan 1.099.000 kilos de alimentos bien por donación directa de productos o mediante el bono alimento, que consiste en abonar en la caja del supermercado una cantidad que queda depositada en la cadena de alimentación. Desde el BAB lo que hacemos es ir adquiriendo el suministro que necesitamos en el momento que hace falta, un método que evita la clasificación, el almacenamiento y el transporte.
Otra forma de adquisición de alimentos que está en consonancia con la recién promulgada Ley del Desperdicio Alimentario es la recogida en los supermercados de los productos de caducidad cercana para repartirlos inmediatamente y evitar que sean enviados al vertedero.
Según el cálculo de la huella de carbono de las actividades del Banco de Alimentos, durante los años 2022 y 2023 emitimos 95 y 98 toneladas de CO2 y, por el aprovechamiento de los alimentos perecederos, evitamos 884 y 783 toneladas de CO2 en esos mismos ejercicios, por lo que nuestra actividad ha ayudado a prevenir la emisión de 789 y 685 toneladas de gases de efecto invernadero.
Otros aspectos positivos son la disminución del consumo de energía y que se evita producir la comida que se recupera para el consumo. Esta actividad se lleva a cabo mediante 8 rutas de furgonetas que recorren más de 145.000 kilómetros. La actividad de los bancos de alimentos supera la acción solidaria, que es el objetivo fundamental, y tiene efectos positivos en la economía, el medio ambiente y el ahorro energético.
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