Nuestros museos: investigar y educar disfrutando

Hace ya tiempo que los museos dejaron atrás el espacio exhibidor de rarezas para convertirse en lugares vivos y dinámicos, donde todos los días suceden cosas nuevas. Ante esta realidad, en los últimos años el propio ICOM ha realizado un esfuerzo, nada fácil por otra parte, de buscar una renovada expresión que defina lo que es un museo y donde, además de mostrar el compromiso con la inclusión, la sostenibilidad, la ética o el disfrute, hace especial hincapié en que se trata de centros en los que se «investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial».

Es cierto que el público en general se halla más familiarizado con la función difusora y de disfrute de los museos: exposiciones, conferencias, actividades didácticas…; y, sin embargo, la investigación es parte de la médula espinal de los museos. Resulta obligatorio recordar la conocida cita de G. H. Riviére alertando de que «la función de investigación constituye la base de todas las actividades de la institución, ya que es lo que ilumina su política de conservación y acción cultural».

Podemos entrar aquí en discusiones más o menos académicas sobre qué entendemos por investigación. Pero es constatable que en los museos se investiga mucho y bien: Bizkaiko Arkeologia Museoa, por ejemplo, solo en 2023, ha servido de canal para la realización de 64 proyectos de investigación.

Pero no solo Arkeologia Museoa. Podríamos citar otros centros de Bizkaia que trabajan y dan servicio en el ámbito de la investigación, como el Museo de la Paz sobre el bombardeo de Gernika o el Museo de Bellas Artes de Bilbao y su fondo documental, al que recientemente se ha incorporado el fondo de la Galería Windsor.

Pero también hemos de ponderar aquí el trabajo de investigación, de mayor o menor detalle, que subyace en cualquiera de las actividades planeadas por los museos. Porque plantear una exposición sobre las cargueras en Bizkaia conlleva un serio trabajo de investigación. Porque restaurar una embarcación en el Itsasmuseum supone un arduo trabajo previo de investigación que permite transformarla en conocimiento que puede aplicarse luego a otras restauraciones, convertirse en una exposición temporal o trasladarse al público mediante una conferencia o una publicación. Y ello solo por nombrar algunas de las actividades que ahora mismo exhiben nuestros museos.

Y qué decir de la educación, el otro pilar en el que pone el foco la celebración del Día Internacional de los Museos. A quienes nos ha correspondido profundizar en el conocimiento de la educación, de sus valores y alcance, de sus herramientas e instituciones, hemos podido constatar el valor de la educación en la construcción de sociedades formadas por personas solidarias y democráticas. Si queremos una educación que haga frente a los nuevos retos sociales; si queremos una educación que prepare a las próximas generaciones de forma adecuada, deberá ser una educación integral, multidisciplinar y multicanal. No bastará con la parte reglada. Y ahí estarán los museos, dispuestos a servir de herramientas para la difusión del conocimiento y de los valores que contribuyan a crear una sociedad más avanzada y justa.

Termino volviendo a la definición del ICOM para centrarme, por último, en una de las palabras: disfrute. Los museos deben servir para el disfrute. Y vaya si cumplen con esta misión... Basta con consultar la programación de todos ellos, no solo la que han preparado para celebrar este Día Internacional de los Museos, sino la actividad que desarrollan y ofrecen durante todo el año: talleres, conferencias, exposiciones, catas, visitas guiadas, itinerarios, teatro, música... Para ver, escuchar, tocar, e incluso oler y degustar. Unos museos 360. 365, diría yo. Para todo el año. Disfruten de los museos de Bizkaia.