El eléctrico es un sistema complejo que debe suministrar energía a todos los usuarios, en todo momento, y satisfacer la carga, siempre cambiante. Además, la ... energía proporcionada tiene que ser de buena calidad, económica y causar el mínimo impacto ambiental.
La electricidad se genera en las centrales basadas en distintas tecnologías, viaja a través de la red de transporte y se distribuye por la red de distribución hasta los puntos de consumo. Dentro del sistema eléctrico, los centros de transformación elevadora son los nodos de conexión para inyectar la energía generada a la red, que se transporta en alta tensión, a grandes distancias. A su vez, las subestaciones son los nodos del sistema en los que se reduce la tensión y se conectan los usuarios industriales.
Una de las dificultades de la gestión del sistema eléctrico radica en la imposibilidad de almacenar la energía a gran escala, por lo que es necesario generar exactamente, en tiempo real, la energía que se consumirá.
La gestión del sistema se basa en una parte económica y una parte técnica que se entrelazan. La víspera del día de consumo (día D-1) Red Eléctrica realiza la previsión de la demanda, aplicando algoritmos avanzados. Con esta información, se recogen las ofertas de generación y demanda del día D y el operador del mercado eléctrico (OMIE) realiza la casación económica horaria, indicando las centrales que generarán cada intervalo horario. A partir de este resultado, fruto de la optimización económica, Red Eléctrica verifica la posibilidad de transportar y distribuir la energía desde las centrales asignadas a todos los consumidores, realizando simulaciones y proponiendo modificaciones técnicas, en su caso.
El centro de control eléctrico (Cecoel) se encarga de la gestión de la electricidad durante el día de consumo (día D), proponiendo cambios intradiarios o modificaciones derivadas por problemas técnicos en las líneas y subestaciones de la red. Además, el Centro de Control de Energías Renovables (Cecre), incluido en el Cecoel, se ocupa de gestionar la integración de la energía producida en las centrales eólicas y fotovoltaicas, principalmente.
El sistema eléctrico actual es fruto de la evolución tecnológica incesante. Comenzó su desarrollo en la década de los 80 del siglo XIX, con las primeras redes de distribución aisladas, basadas en centrales pequeñas cercanas a las fábricas. Un segundo periodo consistió en la construcción de grandes centrales en ubicaciones remotas, conectadas por líneas de transporte, que también interconectaron las redes distribuidas existentes. Además, estos sistemas se dotaron de un control central y de procedimientos de operación basados en la experiencia de gestión tanto de situaciones normales como de desvíos e imprevistos. Para ello, los distintos eventos históricos sirvieron de base de la gestión óptima de la red.
La conexión de las energías renovables al sistema eléctrico supuso un nuevo hito y un desafío para su gestión. Durante la última década del siglo XX, la gestión de la generación renovable consistió en incorporar toda la potencia generada durante la operación normal y su desconexión en los momentos críticos, para volver a ser incorporada a la red una vez superadas las dificultades. El desarrollo de controles avanzados para la generación renovable y una investigación de su comportamiento durante los fallos eléctricos permitió no solo evitar su desconexión, sino la obligación de colaborar en la resolución de las perturbaciones. Red Eléctrica desarrolló a principios del segundo milenio el Centro de Control de Energía Renovable (Cecre) para maximizar la penetración y controlar su operación.
Recientemente, la presencia de nuevos consumidores industriales y la demanda eléctrica debida a grandes centros de datos, junto con el progresivo desmantelamiento de las centrales térmicas convencionales, ha dado lugar a un nuevo escenario que debe ser gestionado adecuadamente. El apagón de las centrales de generación sucedido el lunes a las 12.35 fue novedoso por su dimensión y por la consiguiente desconexión con respecto de la red europea. Aunque fue una situación excepcional, se ha podido solventar eficazmente en un intervalo de tiempo razonable, con la recuperación paulatina de la red desde su colapso.
Una vez recobrada la normalidad, es hora de investigar los sucesos consecutivos que dieron lugar al gran apagón y analizar los procedimientos aplicados, así como posibles modificaciones en la gestión. El sistema eléctrico debe seguir evolucionando con la incorporación de las innovaciones tecnológicas y capacidad de cómputo, así como las telecomunicaciones, para conseguir redes inteligentes que permitan afrontar con confianza las novedades de su operación y los sucesos eventuales que puedan ocurrir en el futuro.
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