Paseillo de neskas y blusas veteranos en las fiestas de la Blanca en Vitoria. Igor Aizpuru

Vivir bien, envejecer mejor

La nueva longevidad se plantea como un paradigma renovador, pero no está exenta de desafíos que exigen prevenir el deterioro

Iban Arrien

Presidente del Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco

Miércoles, 10 de septiembre 2025, 00:00

Vivimos en un momento demográfico sin precedentes: el ritmo de envejecimiento de la población es más acelerado que nunca en la historia. Esta realidad plantea ... una pregunta fundamental: ¿qué significa envejecer en la actualidad? ¿Es simplemente vivir más años de manera similar a lo que se hacía hace 40 años, o supone una etapa distinta, con nuevas oportunidades, desafíos y responsabilidades tanto individuales como colectivas?

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Se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, alcanzando los 426 millones en el mundo, y que más de 2.100 millones de personas superen los 60 años en ese mismo periodo. La nueva longevidad se plantea como un paradigma renovador, en el que la persona, como sujeto de derechos y en pleno ejercicio de ciudadanía, se convierte en protagonista de este fenómeno social. No obstante, este proceso no está exento de riesgos y desafíos, lo que hace que el papel del profesional sanitario y el cuidado de la autonomía sean particularmente relevantes.

Envejecer saludablemente no se limita a la ausencia de enfermedad. Implica mantener y potenciar las capacidades físicas, mentales y sociales que permiten a las personas seguir activas, tomar decisiones y participar plenamente en la vida familiar y comunitaria. Alcanzar este objetivo requiere un esfuerzo conjunto, ya que problemas comunes en esta etapa como la fragilidad, la pérdida de masa muscular, la inmovilidad y el deterioro cognitivo afectan directamente a la independencia y la participación social.

La Organización Mundial de la Salud ofrece recomendaciones concretas para favorecer un envejecimiento activo a través del ejercicio físico, con especial incidencia en los entrenamientos de fuerza, equilibrio, funcionalidad y prevención de caídas. Estas pautas, adaptadas a cada persona y acompañadas por profesionales sanitarios, son herramientas prácticas para mantener la independencia; pero el envejecimiento saludable sigue siendo un reto colectivo que requiere de un respaldo global. Para la agencia sanitaria de la ONU, 2020-2030 es la Década del Envejecimiento Saludable y su propósito es que ninguna persona se quede atrás, y todas tengan la oportunidad de vivir con dignidad e igualdad. ¿Seremos capaces?

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En el País Vasco, la atención a las personas mayores en residencias está regulada por el Decreto 126/2019, de 30 de julio, que establece la obligación de ofrecer programas de fisioterapia y rehabilitación destinados a recuperar o mantener las funciones físicas, prevenir el deterioro y fomentar la actividad física de los residentes. Esta incorporación de fisioterapeutas a los centros se consolidó a partir de los criterios fijados en la normativa estatal, que ya establecía ratios mínimos de dedicación en función del número de usuarios. Como ejemplo, en residencias con más de cien plazas se exigía garantizar al menos cuatro horas diarias de fisioterapia.

La implantación de esta figura profesional ha sido un éxito, pues ha permitido situar al fisioterapeuta como parte esencial de un equipo transdisciplinar que trabaja de manera coordinada con otros profesionales sanitarios y técnicos. Gracias a esta integración se ha mejorado de forma notable la calidad asistencial, reforzando una visión más amplia de los cuidados en el ámbito residencial. No se trata solo de atender patologías concretas, sino de acompañar a las personas en un proceso de envejecimiento que debe ser lo más activo e integral posible.

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En este contexto conviene atender al envejecimiento biológico prematuro, un proceso en el que los tejidos y órganos muestran signos de deterioro antes de lo esperado para la edad cronológica, lo que conlleva una pérdida acelerada de funciones y una mayor vulnerabilidad a enfermedades. Más allá de los casos genéticos poco frecuentes, este fenómeno también se relaciona con estilos de vida poco saludables, estrés prolongado, enfermedades crónicas o la exposición a factores ambientales adversos.

Al mismo tiempo, prepararnos como sociedad significa replantear nuestra visión de la vejez y cuestionar los estereotipos que la limitan. La experiencia y el conocimiento de las personas mayores son recursos valiosos que deben incorporarse activamente. Porque, sea lo que sea la vejez, no se trata solo de añadir años a la vida, sino de añadir vida a los años.

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