«O Fortuna, velut luna»

Fíjense, conseguir la condición de residente permanente en Estados Unidos puede ser una cuestión solo de buena suerte. Todos los años se realiza un sorteo de tarjetas de residencia, Programa de Diversidad Inmigratoria, popularmente conocido como 'Visa lottery' o 'Green Card' (lotería de visados o tarjeta verde). El objetivo es diversificar la inmigración y por eso la lotería está reservada a personas nacidas en países con tasas bajas de inmigración a Estados Unidos y que tengan estudios de Secundaria o, al menos, una experiencia laboral de dos años. Los agraciados en el sorteo hacen extensivo el visado a sus cónyuges y a los hijos menores de 21 años.

Como ven, tener papeles en el imperio norteamericano puede convertirse en algo tan poco serio como acertar en una lotería. Y es que, desde que aterrizamos en este mundo, la fortuna, mala o buena, nos acompaña. No es lo mismo nacer en el primer mundo que en el tercero, no es lo mismo nacer en una familia rica que en una pobre, no es lo mismo ser guapo que feo.

Otro ejemplo: Adolf Hitler estuvo a treinta centímetros de morir de un balazo la mañana del 9 de noviembre de 1923, después del llamado 'Putsch de Múnich', fallido golpe de Estado que Hitler intentó dar la víspera en la cervecería Bürgerbräukeller donde estaba reunido el Gobierno bávaro. Ese día, una marcha de 2.000 hombres armados, con Hitler a la cabeza, empezó a recorrer las calles de Múnich. A medida que la marcha avanzaba, muchos muniqueses se les unieron y otros los aclamaban desde las aceras.

En la Ludwigsbrüke se enfrentaron a un puñado de policías, que no consiguieron detenerlos. Luego se dirigieron a Marienplatz, querían llegar al Ministerio de Guerra. Cerca de Odeonsplatz cantaron 'Sturm-Lied', la Canción de Asalto, a voz en grito. En la plaza les esperaba un cordón policial mucho más grande. Y empezaron los disparos, nunca se supo quién disparó el primer tiro. Murieron catorce nacionalsocialistas ycuatro policías.

Entonces ocurrió. Una bala mató a Max Erwin von Scheuner-Richter, que iba del brazo de Hitler. Von Scheuner cayó muerto al suelo y arrastró a Hitler, que solo se dislocó el brazo. Si la bala se hubiera desviado solo treinta centímetros a la derecha, la historia de la Humanidad habría sido otra. Aquel día la buena suerte estuvo de parte del 'führer'. No sería la única vez que ocurriría. Hitler fue detenido y juzgado en una parodia de juicio, que sirvió como altavoz de sus ideas y lo convirtió en héroe.

Se acerca la lotería de Navidad y a algunos afortunados les cambiará la vida. Repaso la historia. Las primeras apuestas se hicieron en España en el siglo XIII, hasta allí me remonto, época de Alfonso X el Sabio, que sabía mucho y por eso se llamó así, pues Alfonso fue el primero en llevar a cabo el Ordenamiento de las Tafurerías, casas de juego y rifas.

El primer sorteo de Navidad, más o menos como lo conocemos, se celebró en 1812 en Cádiz, la única ciudad que se había librado de la invasión napoleónica, y el objetivo fue recaudar fondos para las arcas públicas, que estaban a dos velas por culpa de la guerra. Entonces se llamó 'Lotería Moderna', para diferenciarla de la 'Lotería Primitiva' de la época de Carlos III, la Loto actual. El nombre de Lotería de Navidad no apareció en los boletos hasta 1892. Una curiosidad, durante la Guerra Civil se siguieron celebrando los sorteos, eso sí, al estar dividido el país en dos bandos, zona nacional, zona republicana, se llevaban a cabo dos en lugar de uno.

En fin, a las puertas de un nuevo año y con todo lo que está cayendo, deseo de todo corazón que la suerte nos acompañe a ustedes y a mí, y también la alegría, que falta nos hace. Antoni Gaudí, el arquitecto misterioso, decía que la alegría es la felicidad del espíritu, la chispa que hace que nos sintamos bien con nosotros mismos y con los demás. Pues eso.