El crimen de ser hermosa en Yemen
¿La presión sacará de prisión a Intisar al-Hammadi? Con la mentalidad imperante ahora, las mujeres solo pueden someterse o emigrar
La forma más sencilla de explicar los derechos de la mujer en Yemen es mostrar una página en blanco. Sobre el papel, hay leyes que ... otorgan a la mujer ciertos derechos. En la práctica están totalmente sometidas a sus padres, esposos o hermanos. Pero a la hora de la verdad, la guerra y la muerte de muchos hombres han creado una situación en la que muchas mujeres tienen forzosamente que trascender la marginación que sufren tradicionalmente porque no les queda más remedio, mientras que otras sencillamente pueden colarse por las grietas que el conflicto armado ha creado en el sistema social imperante. Intisar al-Hammadi, la veinteañera que soñaba con ser modelo, forma parte de ambos grupos porque el sueño de su juventud es ahora el único sostén de su familia.
Esta emancipación de facto de la mujer yemení, aun siendo extraoficial, ilegal, desigual y muy azarosa, es sin embargo suficiente para poner a prueba los nervios de los más tradicionalistas, que en materia de género lo son casi todos por igual, sean de la facción que sean, pero sin duda los huties son los más militantes de todos. El movimiento hutí representa a los sectores más chapados a la antigua de la comunidad chií quintimana que vive en el norte de Yemen, conocidos como los zaidíes. En la práctica funcionan muchas veces como milicia privada de la poderosa familia Al-Huti, fundadores y directores hereditarios del movimiento.
Los hutíes han ganado en ciertos ambientes una fama positiva totalmente inmerecida, pero entendible pues al fin y al cabo pueden presentarse como los defensores de una minoría religiosa tradicionalmente menospreciada y perseguida. También han contado mucho las salvajadas cometidas en Yemen por las fuerzas armadas saudíes, cuya incompetencia solo es comparable a su brutalidad, sin que pueda descartarse en absoluto que muchas de las atrocidades llevadas a cabo contra blancos civiles obedezcan al odio sectario del sunismo wahabí saudí contra cualquier cosa que huela a chiísmo. Sin embargo, los huties son una fuerza reaccionaria y arcaizante que pelea para impedir cualquier grado de modernización de Yemen, y son los indiscutibles responsables de la presente guerra civil porque fueron ellos los que se sublevaron contra el Gobierno legítimo.
El arresto de Intisar al-Hammadi forma parte de una estrategia de terrorismo social de baja intensidad para disuadir cualquier veleidad de emancipación femenina. El ataque no ha sido casual, porque Intisar se había convertido en una estrella local tras intervenir en dos series de televisión el año pasado. Cuando el juez que instruía la causa la puso en libertad porque las acusaciones no se sostenían, fue apartado del caso y reemplazado por otro más complaciente.
Antes de la guerra, había mujeres en la política pero casi todas eran de la comunidad suní, era raro ver alguna que fuese zaidí, y ninguna en absoluto que fuese hutí.
La ideología reaccionaria de los hutíes no es meramente tradicionalista o rigorista islámica sino inmovilista. La idea básica es que el cambio es malo en sí mismo, de manera que hay que impedirlo a toda costa. Si el sistema imperante incluye injusticias y discriminación es que esas injusticias y desigualdades son la voluntad de Dios, de manera que cualquier crítica es impiedad y blasfemia.
Es un truco muy viejo pero que sigue siendo muy eficaz, a condición de que este tipo de falacias de autoridad cósmicas se vean respaldadas con una brutalidad abrumadora. No es irrelevante que los hutíes insulten a Intisar llamándola 'esclava', porque su madre era etíope. El racismo y la xenofobia aislacionista son elementos centrales de la mentalidad hutí y de su proyecto político.
¿Podrán el escándalo y la presión internacional sacar de la cárcel a Intisar? Probablemente sí, pero el objetivo intimidatorio de su arresto ya se ha logrado. El hutismo es la manifestación extrema de una mentalidad colectiva muy arraigada en Yemen, y mientras esa mentalidad no cambie, las yemeníes no tendrán más alternativas que la sumisión o la emigración.
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