Cuidarnos es avanzar
'Psikologia Kalean' muestra la importancia de la ayuda profesional para acompañar procesos personales, grupales y comunitarios
Begoña Rueda Ruiz y Alberto Barrios Ayala
Decana y vicedecano del Colegio de Psicología de Bizkaia
Jueves, 29 de mayo 2025, 00:01
Cada vez son más las personas que se preguntan cómo están de verdad, cada vez más las personas que buscan aliviar su malestar, y cada ... vez más personas dan un paso adelante para pedir ayuda. Porque buscar ayuda profesional no es fracasar, sino atreverse a encontrar ese soporte que nos permita aliviar el sufrimiento y trabajar en nuestra calidad de vida.
Este cambio se debe, en parte, a que la Psicología ha salido de los despachos para ocupar también las calles, las aulas, los espacios de trabajo, los medios y las redes. Porque vivimos un tiempo en el que mirar hacia dentro ya no se considera una debilidad, sino una forma valiente de cuidar, de cuidarse, de cuidarnos. Y es que hablar de emociones, de vínculos, de decisiones, de miedos y de resiliencia se ha convertido en un hilo de conversación social que crece y se ensancha. Esa es, precisamente, la razón de ser de iniciativas como 'Psikologia Kalean', que vuelve en su cuarta edición con la voluntad de estar donde siempre ha querido estar la Psicología: al alcance de todas las personas, junto a ellas, en el corazón de la vida cotidiana.
Durante años, nuestro trabajo se ha ejercido con vocación, con rigor y, muchas veces, con cierta invisibilidad. Sin embargo, hoy gran parte de la ciudadanía reconoce la importancia de contar con profesionales preparados para acompañar procesos personales, grupales y comunitarios en todos los ámbitos: desde la educación hasta el deporte, desde el mundo jurídico hasta el empresarial, desde los espacios familiares hasta los de trabajo. La Psicología no es un concepto hermético: es ciencia, escucha, herramienta de cambio y prevención. Es una disciplina que se adapta con metodología a cada persona, a cada necesidad y que ofrece claves para entender y afrontar los desafíos emocionales, relacionales y sociales de nuestro tiempo. La Psicología nos ayuda a entender lo que sentimos, nos recuerda que cada persona merece cuidado y autocuidado, más allá del diagnóstico, más allá del rendimiento.
Al mismo tiempo, cuidarnos implica también revisar los espacios que habitamos. Debemos así avanzar para convertir el entorno laboral en un espacio de bienestar. Como la Psicología del trabajo y las organizaciones nos enseña, el rendimiento no ha de estar reñido con el cuidado porque el clima emocional influye de forma directa en la productividad, la motivación y el compromiso. Apostar por empleos con sentido, con autonomía y con propósito es también apostar por trabajos de calidad. Es colocar en el centro tanto lo que se produce como la forma en que se vive mientras se produce. Y esa mirada más humana de las organizaciones no solo mejora los resultados e incide en el absentismo: repercute directamente en el bienestar de las personas que las sostienen, creando modelos de relaciones saludables.
También en las aulas crece la conciencia de que educar no es solo transferir conocimiento, sino formar a personas capaces de gestionar emociones, resolver conflictos, relacionarse de forma sana y construir entornos seguros. Como defiende la catedrática en Psicología Maite Garaigordobil, «la educación emocional, el desarrollo socioemocional y la inteligencia emocional tienen beneficios en la salud física y mental, en la adaptación personal y social». Trabajar estas competencias desde edades tempranas es clave para prevenir conductas violentas, mejorar la convivencia y fomentar una salud psicológica duradera. Por ello, la figura de la o el psicólogo educativo no es un lujo, es una pieza clave en ese engranaje. Prevenir, acompañar, identificar señales y colaborar con equipos docentes y familias es parte de ese trabajo invisible que genera grandes cambios.
Es en esta conversación colectiva donde debemos también aprender y escuchar a quienes están creciendo en este momento de transformación. La generación Z, la injustamente llamada 'de cristal' por mostrar su sensibilidad y emocionalidad, no debe ser considerada como una generación débil. Nada más lejos. Son en su mayoría jóvenes transparentes, coherentes, exigentes y conscientes de lo que necesitan. Tienen el valor de decir «no estoy bien» sin culpa, de poner en palabras lo que antes se callaba. En realidad, ¿no estarán enseñándonos a todas y todos lo que significa priorizar el cuidado?
Desde el Colegio de Psicología de Bizkaia queremos poner en evidencia que necesitamos una sociedad que escuche más y juzgue menos, que ofrezca herramientas reales para el bienestar y que integre la dimensión psicológica en todas sus políticas. Porque no se trata solo de aumentar recursos, que también, sino de mirar a la Psicología como una aliada imprescindible en la construcción de entornos sociales saludables y sostenibles.
Por ello, y como cierre, solo nos queda invitarles a salir a la calle y a acercarse a alguna de las más de treinta actividades que tendrán lugar a partir de hoy en 'Psikologia Kalean'. Seguro que encontrarán algo que les resuene, alivie, inspire o les haga sentirse parte.
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