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El próximo domingo está en juego la constitución de un Parlamento y de un Gobierno en España, y somos muchos los que queremos que tenga ... una mayoría suficiente para garantizar y mejorar las conquistas sociales, laborales y económicas que protejan y ayuden a los colectivos menos favorecidos. Y también el reconocimiento y avance de la singularidad plurinacional que haga posible una convivencia pacífica de las mayorías catalana y vasca en el conjunto del Estado.
La alternativa es un Parlamento y un Gobierno de derecha cada vez más radical que puede desbaratar los logros conseguidos, hacerlos retroceder en algunos casos y hacer ingobernable una España uniformada que nos haga retroceder a la senda de conflictos sociales y nacionales que solo contribuyen a la crispación colectiva.
Creo que la izquierda de este país ha demostrado saber gobernar para todos, que puede garantizar también la compatibilidad de diferentes y legítimos intereses de empresarios, trabajadores, administraciones y colectivos sociales diversos, no siempre coincidentes. Lo verdaderamente importante es que seamos capaces de generar riqueza y oportunidades, que convivamos en un país en el que las desigualdades no se acrecientan y seamos globalmente solidarios.
Lo que de verdad importa el domingo es que podamos contar con esta mayoría suficiente que permita hacer posible un Gobierno que tenga como referente la mejora de las condiciones sociales y económicas de las personas menos afortunadas en la vida. También importan, y lo digo en segundo lugar, unos representantes políticos que, por convicción y por correlación de fuerzas, reconozcan la plurinacionalidad y hagan posible que el futuro de Euskadi y Catalunya se defina con un consenso compartido, sin imponer, sin excluir.
En Euskadi, afortunadamente, la mayoría social votará a partidos que, cada uno a su modo, pueden hacer posibles estos principios. Cada uno de nosotros, desde nuestras convicciones, motivos y razones, tomaremos una decisión de voto. Yo manifiesto que votaré a EH Bildu. Nunca he ocultado mi voto, ahora tampoco lo voy a hacer.
Mi voto no es incondicional ni dogmático. Creo que soy, y he sido, una persona de izquierda. Creo haber sido, y seguir siendo, un nacionalista moderado. No reivindico la independencia, que me parece una demanda superada; reivindico la asimetría plurinacional. Esto fue lo que me hizo ser militante de Euskadiko Ezkerra desde 1977 hasta 1991. Y de Gesto por la Paz. Desde entonces, mantengo mi independencia política, aunque apoyé candidaturas de Ezker Batua y Aralar, y fui miembro también de un Gobierno del PNV, en la convicción de hacer lo que debía en cada momento.
Los motivos y razones de una decisión son siempre complejos, porque de lo que se trata es de elegir entre varias alternativas posibles e igualmente válidas. Pero hay que decidir. Apoyo a un partido que sumará su voto a la conformación de un Gobierno progresista con el PSOE y Sumar, con ERC y PNV. Y para hacerlo posible, de otros grupos, porque todos serán necesarios para conseguir sumar al menos 176 escaños en el Congreso. Esto es una doble garantía. Garantía de que se gobernará con equidad y eficiencia teniendo como referentes a las clases menos favorecidas y a las clases medias, pensando en el progreso del conjunto del país. Y garantía de que la asimetría plurinacional vertebrará las decisiones políticas.
Euskadi necesita reconciliarse consigo misma. Y una manera de hacerlo es reconocer que los pasos dados por EH Bildu han sido condición necesaria en este camino. Yo quiero que todos demos más pasos. Creo en una Euskadi solidaria, próspera, menos desigual. Es también un buen momento para expresar nuestro reconocimiento al camino recorrido por EH Bildu, y apoyarlo desde una posición que le exige seguir dando los pasos que la sociedad demanda.
Me parece muy necesario que la izquierda que representa a Euskadi sea un partido en el que podamos depositar nuestra confianza, que haya enmendado los años duros de violencia y siga avanzando en la necesaria reconciliación. No olvido aquella izquierda abertzale intolerante que nos hizo sufrir, apoyo ahora los pasos dados en favor de nuestra reconciliación, y entiendo que faltan algunos más. Los exigimos, pero otorgamos un voto de confianza en que ese camino se andará también.
Para eso, EH Bildu debe recoger este voto que le pide seguir avanzando para que la convivencia en Euskadi haga salir de las trincheras a todos. No solo EH Bildu debe avanzar, a los demás les exigimos también que den carta de naturaleza a esta realidad. Todos tenemos que dar más pasos. Deseo una Euskadi plural y con vocación de entenderse. La tenemos cerca, más cerca que nunca. La radicalidad política, dejémosla para los ultras de la derecha. En política, solo lo posible es lo adecuado. Aunque debemos aspirar y caminar a lo deseable, sin perder el horizonte, pero sin tropezar por querer precipitar lo imposible.
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