Borrar
Crimen machista ocurrido en Bilbao. Luis Calabor

Terror machista

Editorial ·

La violencia contra las mujeres, que dejó ayer un reguero de sangre en Bilbao, Granada y Castellón, es un fracaso colectivo que exige nuevas respuestas

El correo

Miércoles, 26 de septiembre 2018, 01:46

Comenta

La maquinaria más depurada de terror que habita entre nosotros tiene como víctimas potenciales a la mitad de la población por el mero hecho de ser mujeres. Cada episodio de violencia machista es la expresión máxima de la desigualdad de género. Del horror cotidiano en el que subsisten ciudadanas despojadas de sus derechos más básicos en medio de la impotencia de las instituciones y de una cierta y vergonzosa indiferencia general solo alterada por la conmoción temporal que origina la aparición del cadáver más reciente. El reguero de vidas que esta lacra dejó ayer es la confirmación de un mayúsculo fracaso colectivo ante el que no cabe permanecer de brazos cruzados o contentarse con la aplicación de medidas que ya se han revelado ineficaces. Maguette Mbeugou fue degollada en Bilbao presuntamente por su compañero sentimental, al que había denunciado por maltrato, delante de sus dos niñas de 2 y 4 años. La Ertzaintza encontró su cuerpo sin vida en una vivienda del barrio de Ollerías y detuvo en Mutriku a su pareja. Horas antes, una mujer había sido asesinada a puñaladas en Granada. El 'martes negro' lo completó la muerte en Castellón de dos niñas a manos de su propio padre, sobre el que pesaba una denuncia por violencia de género y que estaba separado de la madre de las pequeñas. Las instituciones cumplieron con el ritual de expresar su repulsa por tan abominables crímenes, trasladar su apoyo a las familias de las víctimas y apelar a la movilización ciudadana. Pero su función no puede acabar ahí. Es su responsabilidad habilitar los medios necesarios para que las mujeres en peligro dejen de sentirse indefensas o de estarlo realmente. Para dar un salto en la prevención y protección. Para detectar los fallos estructurales que, pese al arsenal de medidas legales y los recursos desplegados, no evitan medio centenar de muertes cada año. Una mayúscula tragedia que en ningún caso puede ser acogida con la aparente normalidad de un fenómeno meteorológico inevitable. El terrorismo machista es un problema de toda la sociedad, cuyo origen anida en los valores aún predominantes en ella. Combatirlo requiere una implicación activa de la ciudadanía, una educación en la igualdad y el ejercicio diario de ella.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Terror machista

Terror machista