La sonrisa y las autoparcelarias
Análisis ·
Escribo influenciado por las retenciones en la salida de la autopista. Los políticos deberían tomar una decisión inmediata y expresar un ¡nunca más! creíble más allá de la posición de sus labiosLos griegos de antes de ser clásicos fabricaban estatuas de chicos y chicas. Los chicos, desnudos, las chicas vestidas con sus mejores galas. Los chicos ... con los brazos pegados al cuerpo, las chicas con un brazo suelto, adelantado, como llevando algo. Ambos con el pelo muy bien dispuesto y una cara muy especial. Por los ojos abultados y, sobre todo, por una boca dibujando una sonrisa muy especial. Los expertos la han definido como 'sonrisa arcaica' pero también como 'sonrisa boba'. Porque, efectivamente, se trata de una sonrisa que no dice nada, que ni siquiera advierte de que sea una sonrisa. Es una sonrisa, eterna, pero vacua.
Por alguna razón, a los políticos se les exigen que imiten a las 'korai' y a los 'kuroi' griegos, que pongan siempre una sonrisa. Como esa sonrisa es siempre la misma y sigue sin decir nada pues perfectamente puede compararse con la 'arcaica' de la que hablo. Es más, como tampoco saben muy bien qué hacer con las manos pues, según el estilo de su asesor de imagen, las pegan al cuerpo, sin más, las cruzan por delante, sin más o, como mucho se atreven a dejarlas un poco libres, también como las antiguas chicas, queriendo dar la impresión de que ofrecen algo aunque, como la mano falta siempre, no haya manera de saber qué es lo que ofrecen o si ofrecen algo de verdad.
Hay alguno que ha intentado imitar a Isabel Pantoja e ir más lejos, forzando una sonrisa canina: '¡dientes!, ¡dientes!', pero la idea no ha prosperado, quizás porque a su principal impulsor le pasaba que, cuando la ponía, al tener un defectillo en el labio, la sonrisa le quedaba más que canina de tipo hiena.
Para los gobernantes lo más importante, hoy (posiblemente siempre pero había menos 'medios) es salir en la foto con la sonrisa inocua de la que hablo. Ya pueden caer chuzos de punta, ya puede estar sucediendo cualquier desatino en su área de responsabilidad que, si toca foto, que siempre toca, no se pierden, la sonrisa y 'palante'.
Escribo este introito 'arcaico' muy influenciado por lo que escucho cada cierto tiempo: retenciones de dos horas en la salida desde la la AP-8, AP-1 hacia Vitoria, Burgos,... ¡Dos horas! ¿Alguien sabe lo que es estar dos horas en un coche 'quieto parao', o al paso 'la hueva', durante dos horas, salvo los que les ha tocado 'la china'? ¡Qué sensación tan desesperante! Vienes por la autopista de pago tan estupendamente, agradeciendo que se hiciera el ramal entre Vitoria, más o menos y la AP-8, calculas tu tiempo de viaje teniendo en cuenta la velocidad media permitida, ya sientes que, si vienes a Vitoria, llegas, que si vas más lejos, el viaje va bien, cuando te encuentras con la salida de Echavarri Viña. ¡Adiós! ¡Dos horas! ¡A la mierda todas las previsiones! Piensas, lo normal es que, puesto que hemos pagado la autopista para viajar mejor, rápido, y nos ha pasado que hemos tenido que estar parados aquí mucho más tiempo que lo normal para recorrer el trayecto abonado, no nos cobrarán... ¡Qué va!, al final del suplicio, van y te cobran. Y gracias que no pagas suplemento por haber utilizado más tiempo la autopista.
Bien, lo curioso, que no anecdótico, de lo que narro es que suceda una y otra vez. Que no es que haya ocurrido en una ocasión por algún problema puntual es que ya se sabe que va a pasar, cada vez que se produzca una aglomeración de vehículos, perfectamente prevista, por cierto. Aquí es donde la cosa se pone más que 'boba'. Porque, si esto lo saben los responsables alaveses, al menos ese día no deberían poner la sonrisa, si les toca 'medios'.
Yo no espero de ellos que dejen de hacer lo que estén haciendo y, muy serios, se personen en la zona catastrófica para, aunque sea, dar ánimos a los retenidos ilegalmente en su territorio, igual sería exagerado, además de que, sumar una caravana de vehículos oficiales al lío, no compensa, pero sí les exigiría una reunión urgente y la toma de la decisión inmediata de que se va actuar de forma que ésta sea la última vez.
Y, luego, unas comparecencias públicas, con su rostro normal, no digo ni siquiera que serio, pero sin sonrisa, apenándose por las penalidades que la falta de previsión de la provincia, asumida por ellos personalmente como responsables, está haciendo pasar a los/las viajeros/as encerrados/as en la ratonera del peaje. Un ¡nunca más! firme, resuelto, creíble más allá de la posición de la comisura de sus labios.
Y un plan, para salir del atasco, mientras. Repartir, en la entrada de la autopista, a los usuarios un mapa con las autoparcelarias de Álava. Antes de llegar al peaje, se preparan unos 'vomitoria' conectados con la espléndida red de caminos agrícolas con que cuenta la provincia. Los usuarios, al entrar, eligen y pagan la salida que prefieren. Van a tener que recorrer unos kilómetros a poca velocidad pero, a cambio, no va a estar retenidos, que desespera, y van a poder disfrutar de los maravillosos paisajes de la Llanada alavesa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión