Salidas y llegadas
China ·
El Gobierno de Xi Jinping abre las fronteras tres años después y en plena ola de covidEn el libro XIII de las 'Analectas', Confucio responde a una pregunta del duque de She con una frase famosa: «El resultado del buen gobierno ... consiste en que sean felices los que están próximos y en que acudan a él los que están lejos». Si el camarada Xi Jinping le diese una vuelta, descubriría que algo va mal. Ahora mismo en China los que están cerca no parecen felices y quieren irse, concretamente de vacaciones. Mientras tanto, los que están lejos prefieren seguir lejos. Y tienen un miedo creciente a que se les acerquen los ciudadanos chinos.
Con los contagios de coronavirus disparados, los hospitales saturados y las morgues sobrepobladas de difuntos invisibles para la estadística oficial, China insiste en cambiar la política del 'covid cero' por la del 'covid infinito'. Aún no está claro si se trata de una cesión ante el descontento popular o de una venganza. Ahora se vuelven a dar pasaportes y se levantan las cuarentenas que se exigían para entrar en el país. Resultado: las agencias de viaje echan humo. Tailandia, Malasia, Corea del Sur, Japón… Tres años después, los chinos pueden regresar a sus destinos extranjeros favoritos. Y falta menos de un mes para que se celebre el Año Nuevo, con lo que eso supone en términos de movilidad interior: cientos de millones de personas yendo a sus pueblos y ciudades de origen para estar con sus familias.
O sea, que tenemos al virus circulando alegremente entre una población de tamaño descomunal que disfruta de una inmunidad tirando a relativa y recupera la posibilidad de desplazarse en pleno periodo vacacional. Menos mal que estamos vacunados. Como la situación preocupa, a China comienzan a ponerle sus vecinos orientales restricciones en los aeropuertos. Justo lo que China le hacía al resto del mundo hasta ahora. En Estados Unidos se lo están pensando. En Italia ya lo han pensado y parece que en Milán se han detectado vuelos en los que la mitad de los pasajeros chinos estaban contagiados de covid. Milán, precisamente. Es como regresar a 2020. Buscando alguna tranquilidad en el zodiaco chino, hay que decir que aquel año fue el de la rata. Y que 2023 será en cambio el del conejo, animal que en principio parece más simpático y propicio, ya sea corriendo por el campo o troceado en un arroz.
España
Méritos propios
Entre las medidas anunciadas el miércoles por el presidente estaba la prórroga del descuento del 50% en el transporte público que el Gobierno cofinancia con las comunidades. «Una forma de ayudar a las familias», dijo Pedro Sánchez. Pero parece que no era cosa suya. En Podemos tardaron un segundo en anunciar que habían tenido que «apretar mucho» al PSOE para conseguirlo. Y eso debía de ser también una 'fake new' porque el grupo del PNV en el Congreso se felicitaba un instante después de que Pedro Sánchez no hubiese tenido otra que plegarse a su «exigencia» respecto a la subvención del transporte. Lo curioso es que ayer Eneko Andueza reveló quién está detrás del descuento en los billetes de trenes y buses: el PSE influyendo al máximo nivel. «Nos hemos ido a Madrid y lo hemos conseguido», celebró el líder de los socialistas vascos. Cada vez más, la política es justo así. Y los políticos, que llegan a dar ternurita.
Vargas Llosa
El balance
La separación de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa exige un balance de daños. Lo bueno es que el escritor podrá contarlo en una novela. Lo malo, que Tamara Falcó no volverá a interactuar frente a las cámaras con Vargas Llosa. Era algo difícil de ver e imposible de no ver. Las sirenas llamándote por tu nombre desde la cima del monte Alipori. Una vez Tamara le preguntó a Vargas Llosa por el liberalismo confundiendo en apariencia la doctrina con la actitud. Otra vez contó que lo mejor de vivir con un Nobel es el lujo de que te cuente sus novelas.
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