La salida no puede ser a cualquier precio

Pero la salida de la crisis no puede hacerse a cualquier precio. No podemos olvidar ni dejar de lado las grandes cuestiones que concentraban toda nuestra atención tan solo hace cuatro meses. Y de hecho, no me cabe ninguna duda de que las ayudas europeas que, en forma de transferencias o de préstamos, van a recibir los estados estarán vinculadas y condicionadas al cumplimiento de dichas políticas.

Y de todas ellas, quizás la más relevante sea el desarrollo sostenible. Dicho de forma rotunda, el desarrollo, el crecimiento de las economías, o es sostenible o ni siquiera será desarrollo.

En este sentido, uno de los pilares sobre los que debe sustentarse el desarrollo sostenible es la economía circular. La gestión de residuos es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. El crecimiento de la población mundial, junto con el incremento de las clases medias, van a producir un crecimiento exponencial de la producción de residuos. Según el Banco Mundial, se espera que la población mundial crezca un 25% para el año 2050, mientras que el volumen de residuos crecerá en el mismo periodo un 70%.

La economía circular no solo reduce la generación de residuos, sino que además evita la extracción de nuevos recursos de la tierra evitando el gran coste medioambiental y financiero que ello produce.

La transición decidida hacia una economía circular representa una gran oportunidad para ayudar a la salida de esta crisis. Para ello la industria medioambiental necesita la comprensión, la ayuda y el impulso de los poderes públicos. En muchas ocasiones, a nuestros gobernantes se les llena la boca de eslóganes ambientales y de palabras bonitas, pero todavía les cuesta tomar decisiones valientes para favorecer de una manera clara la transición a la economía circular con medidas para agilizar los procesos administrativos, la desclasificación de residuos en productos, etc.

Y además, esta transición puede hacerse generando empleo y riqueza. Befesa es un magnífico ejemplo de ello. En 2019 reciclamos más de 1,5 millones de toneladas de residuos industriales evitando la extracción de la tierra de más de 1,2 millones de toneladas de metales y otros materiales. Y lo hicimos generando empleo y creando valor para nuestros accionistas.

Es el momento de arrimar el hombro y trabajar todos juntos para salir de esta crisis lo antes posible, minimizando el impacto en la calidad de vida de las personas, que al final es lo que realmente importa. Acelerar y apoyar de forma decidida la transición a la economía circular ayudará sin duda a conseguir este objetivo.