Própositos variables
Furgón de cola ·
El pasaporte covid consigue que casi treinta mil vascos se lo piensen mejor y se vacunenEstamos en el tercer día de 2022 y a mí me parece que el año ya está visto. Casi se puede ir haciendo el balance. ... Va a ser un año muy lógico y tranquilo, sin sobresaltos. Fíjense en los presagios. Cristina Pedroche ha comenzado a intervenirse artísticamente la cabeza. Los partidos de fútbol se disputaron ayer casi sin jugadores de fútbol propiamente dichos. Y parece que en Israel alguien ha pillado la gripe y el coronavirus a la vez y al combo vírico lo han llamado «Flurona», lo que está bien porque recuerda al 'My Sharona' de los Kranks y te mete al instante la melodía en la cabeza: «Ma-ma-ma-maai-flurona».
Por otro lado, al estar ya a día 3, y siendo además lunes, todos los propósitos para el año nuevo pueden ser abandonados con tranquilidad. Un año más, el esfuerzo ha sido máximo. Pero no ha podido ser. Lo vio muy bien Mark Twain: en el calendario occidental el primer día de enero comienza siempre el Año del Chivo Expiatorio. Y es mejor así porque dejas de fumar, comienzas a ir al gimnasio, sales de Twitter, aprendes inglés, dedicas una hora diaria a la lectura y todavía terminas dejando de ser tú para ser el 'Übermensch', el superhombre.
Hay que desconfiar de la propia voluntad. Si se fijan, es una energía interior a la que en el fondo uno no le cae bien. Por eso no es infrecuente que ignorar los propios propósitos sea el modo de acertar. Lo han hecho de un modo ejemplar los cerca de treinta mil vascos que comenzaron 2021 con la intención de no vacunarse contra el covid, pero han terminado haciéndolo en las últimas semanas. ¿Después de alguna clase de viaje intelectualmente revelador al fondo mismo de la inmunoepidemiología? No, más bien después de que un decreto del lehendakari les impidiese entrar a bares y restaurantes sin pasaporte covid. Cierto que hay más de 140.000 conciudadanos autonómicos rechazando con insistencia el ofrecimiento de Osakidetza para vacunarlos. Pero aun así debe celebrarse el cambio de opinión de los recién inmunizados. Porque no van a acabar fatal en una UCI. Y porque su comportamiento hace pensar en la hipótesis hermosa de que, entre los fundamentalismos que combaten dentro del alma vasca, ninguno sea tan pugnaz, tan dominante, como el amor intransigente por los vinos, los pintxos y las jamadas.
Nuclear
Ciencia popular
La propuesta de la Comisión Europea para considerar como «inversión verde» proyectos nucleares y de gas natural comienza a causar controversia. Alemania y Austria rechazan la idea. También España. Ayer, antes de que el ministerio de Transición Ecológica lanzase un comunicado, Yolanda Díaz y Alberto Garzón se lanzaron ellos mismos a las redes. Y ambos coincidieron en el peligro de alejarse de «la evidencia científica». Es maravilloso: el concepto sustituye a ojos vista a la voluntad popular en términos de charlatanería. Y funciona igual: hoy habla la Ciencia a través del político por el que ayer hablaba el pueblo. Pronto algún líder pondrá a circular la combinación definitiva: la voluntad científica del pueblo. Y mira que el futuro energético debería diseñarse con inteligencia, rigor y pragmatismo. Pues vienen después los de Vox y dicen que ellos a favor de lo nuclear por una razón de peso: contradecir al ecologismo.
Epstein
Sudor azul
El juicio en Estados Unidos contra el príncipe Andrés sigue adelante. Se le acusa de abusar de una menor ofrecida por Jeffrey Epstein. Entre los asuntos que aclarará el juicio, la «supuesta incapacidad médica para sudar» del duque de York. La víctima asegura que aquella noche estaba empapado en sudor. Y los abogados aseguran que su cliente en aquella época no podía sudar. ¿Habrá peritos en sudor? La fiscalía debería contraatacar recordando que fue el «sudor inglés» lo que mató al primogénito de Enrique VII. Aunque era un Tudor. Nada que ver.
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