El primer día
Educación ·
La consejera Uriarte abrió el curso escolar en BarakaldoEl primer día del curso las autoridades educativas y las autoridades en general visitan un centro escolar convenientemente rodeadas de asesores, cámaras y periodistas. La ... visita genera siempre una escena que termina siendo lo mejor de la jornada. Tiene lugar cuando los mandamases irrumpen sonrientes en un aula infantil. Lo hacen, ya digo, exudando simpatía, pero también con cuidado, casi con prevención. Temen que algún niño se les eche a llorar, les pregunte alguna barbaridad o les diga como llama siempre su padre al líder de su partido cuando lo ve por la tele.
Los niños por su parte se quedan mirando serios a los políticos. Lo hacen con resignación. ¿Quiénes son esos adultos aún más raros de lo habitual? ¿Por qué vienen tantos? ¿Por qué es tan amable con ellos el profesor? ¿Qué diablos está pasando aquí?
Por no quedarse en la puerta, los políticos avanzan entre los pupitres o las sillas. Siguen sonriendo y se encorvan, miran a todos los niños e intentan cruzar con ellos algunas palabras simpáticas. Es todo tan natural que da la sensación de que están buscando qué dos ejemplares se llevarán después a las mazmorras de la consejería para criarlos allí entre grandes tormentos hasta convertirlos en leales jefes de prensa.
Era incluso mejor lo de Esperanza Aguirre, que se iba a inaugurar el curso a un colegio de Carabanchel y, partidaria como era del bilingüismo, se arrancaba a hablarles a los chiquillos en inglés con acrisolado acento Downton Abbey. Los chiquillos se quedaban pálidos, repentinamente aterrorizados al descubrir que aquella mañana sus padres no solo les habían enviado a la escuela, sino también al exilio.
Ayer Cristina Uriarte inauguró el curso en el colegio Gurutzeta de Barakaldo. Lo hizo acompañada por Amaia del Campo y todo transcurrió bien. Las políticas saludaron con dulzura a los niños. Y a los niños aquello les pareció muy extraño. Lo que no saben los pobres es que ellos mismos comienzan a ser lo extraño. Ellos, sí, los niños. Por primera vez en quince años, la cifra de alumnos disminuye en el sistema educativo vasco. Y lo hace en Infantil y en Primaria: la baja natalidad afecta ya a todos los niveles. A este ritmo, llegará el día en el que, en la visita del primer día, los mandamases, los asesores y los periodistas superen en número a los estupefactos alumnos del aula infantil.
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