Pedal funcional
Bilbao ·
El Ayuntamiento cobrará más por el uso prolongado de las bicicletas eléctricasPasear con ella canturreando y siendo feliz al estilo 'Verano Azul', aparcarla en el parque junto a uno y tumbarse a tomar el sol, utilizarla ... para pasear al perro o para hacer esos ejercicios de habilidad consistentes en ponerse de pie sobre los pedales y trazar círculos lo más lentamente posible... Son cosas que el Ayuntamiento quiere que no se hagan con las bicicletas de Bilbaobizi.
Lo que el Ayuntamiento quiere es que los ciudadanos vean en las bicicletas algo más serio: otro sistema de transporte público. Una manera eficaz y sostenible de moverse por la ciudad capaz de responder a las exigencias que marcan las rutinas y las agendas de la gente.
Dicho de otro modo, la idea es ir al trabajo en bici, subir a comer a casa en bici, ir a visitar a los abuelos en bici, acercarse al polideportivo en bici, presentarse en el notario en bici. Hacer trayectos concretos y funcionales. Como los que se hacen en metro o en autobús. Si lo piensan, es infrecuente coger el 30 para ver mundo o para pasarse la tarde escuchando la radio que lleva el conductor. El 30 se coge para ir lo más ligero posible de Txurdinaga a Miribilla. O viceversa. Pues lo mismo con las bicis. El Ayuntamiento aspira a evitar que el uso lúdico o absurdo quite bicicletas de las paradas. Y que quien tenga planeado coger una para hacer un trayecto funcional no disponga del vehículo cuando lo necesita.
Para conseguirlo, se afronta un cambio importante en el servicio. En lugar de pagar una tarifa fija al año, el usuario pagará según la duración de sus trayectos, beneficiándose quien haga viajes breves y concretos y siendo penalizando quien retenga las bicis en demasía. La medida se relaciona con la exigencia ya anunciada de comenzar a asociar cada inscripción en BilbaoBizi a una tarjeta de crédito. Se aumentará así el control sobre los usuarios y también sobre los usos incorrectos del servicio.
El problema de fondo quizá sea que una bicicleta es un objeto simpatiquísimo que te retrotrae a la infancia. Y dan ganas de cogerla para jugar, más si es roja, nueva y flamante. El Ayuntamiento debería haber optado por sacar en préstamo velocípedos oxidados y aterradores, propios del mundo de 'Mad Max', con sus calaveras, sus pinchos y sus cadenas. Pero seguro que a la oposición eso tampoco le habría gustado.
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