Sopa y estiércol
Francia ·
Las protestas de agricultores y ecologistas se cruzan en la Europa verdeFrancia vivió ayer una de esas sincronías dialécticas que a Zweig podrían haberle dado para libro: momentos bipolares de la humanidad. Sucedió mientras el primer ... ministro Gabriel Attal visitaba una granja bovina en Parçay-Meslay y escenificaba su apoyo a los agricultores enfurecidos entre otras cosas por las normas ambientales europeas. Mientras eso ocurría, en el Louvre dos mujeres del movimiento Reposte Alimentaire lanzaban sopa contra la Gioconda y contra el público una pregunta como de debate filosófico en Bachiller: «¿Es más importante el arte o el derecho a una alimentación sostenible?».
Fue un díptico francés: por un lado, trabajadores agrarios que manejan razones simples y camiones cisterna llenos de estiércol; por el otro, élites urbanas que combinan el ideal con el martirio y, a tenor de las imágenes, puede que a los cuadros del XVI les estén lanzando soupe á l'oignon. El combate es desigual. Por eso Gabriel Attal, que con toda probabilidad ha tenido que buscar en Balzac qué es un campesino, ya proclama que la República no permitirá que se trate a «nuestros agricultores» como «contaminadores de nuestras tierras o torturadores de animales». Que los tractores se manifiesten también en Holanda, Alemania o Polonia demuestra que el díptico es en realidad europeo. Siempre impresiona pensar en la que podía haber liado Vox entre nosotros de no haber quedado neutralizados al instante por el tacto, suavísimo, de los sillones.
Viéndose venir el péndulo, los ecologistas franceses aseguran estar de parte de los agricultores. Y a los agricultores puede que les parezca bien lo de la Gioconda por lo que tiene de ataque al Cinquecento y a Italia, país que junto España monopoliza sus acusaciones de competencia desleal. Hoy amenazan con bloquear París. Los ecologistas no emiten amenazas para no despertar de su siesta historiada a los vigilantes de los museos. Las fuentes consultadas confirman que, tras recibir el sopazo, la Mona Lisa permaneció ayer imperturbable, sonriendo ligeramente de un modo muy enigmático.
País Vasco
Precampaña interminable
Que el PNV y Bildu nos llevan a un 'procés' vasco lo aseguró Eneko Andueza ayer en este periódico. Andoni Ortuzar le responde hoy que no diga esas cosas, pero no porque el 'Prozesua' sea imposible sino porque a ver qué va a decir cuando se pongan con el nuevo estatus de autogobierno que el PNV firmó con el PSOE a cambio del su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. Que Sánchez sea el jefe de Andueza situaría al secretario general del PSE en una posición contradictoria si no fuese porque el PNV es su socio a lo largo y ancho de las instituciones vascas. Del mismo modo, la lógica triunfante en la política nacional obligaría a Andueza a reconocer en vísperas de las autonómicas que el PNV es un partido progresista mientras que Bildu es además uno perfectamente democrático que cumple «todas las reglas» según certificado de idoneidad emitido por el MOP, o sea, por el ministro Óscar Puente. Ortuzar también dice que la precampaña se les está haciendo larga a todos los partidos, pero a algunos más que a otros. Ah, no: eso no puede ser. Hay que convocar ya las elecciones y acordar la campaña electoral exprés, de siete días. Lo último que queremos los ciudadanos es que a los políticos se les haga pesado.
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