Ruedas en el portal

Durante los últimos años, en innumerables juntas de propietarios se ha escenificado el choque entre el derecho de los vecinos a que su escalera no reproduzca la vida ajetreada de un hotel y el derecho de un propietario en concreto a destinar su inmueble a una actividad legal. Ahora, dos sentencias del Supremo parecen venir a señalar algo importante: esa actividad también es económica. Y, según establecen las sentencias, no puede llevarse a cabo en las comunidades que en su día así lo prohibieron en sus estatutos pensando en la apertura de oficinas, despachos o consultas. Para impedir la apertura de un piso turístico no sería por tanto imprescindible la prohibición expresa con la que muchas comunidades han intentado protegerse mientras las distintas administraciones mostraban dificultades para regular el fenómeno. Bastaría con la norma que tradicionalmente impide en un piso la actividad comercial, profesional o empresarial sin la autorización mayoritaria del resto de propietarios.

Mientras tanto, los pisos turísticos siguen consiguiendo que en algunas zonas de algunas ciudades los atascos no sean ya de coches sino de maletas 'trolley' que resuenan contra el empedrado. Lo hacen impulsados por el algoritmo a través de portales especializados que garantizan el confort y el encanto mientras distribuyen por el mundo, a gran velocidad y ciegamente, las molestias y el hartazgo.

El árbitro Halil Umut Meler fue agredido el lunes durante el transcurso de un partido de la Superliga turca entre el Ankaragücü y el Çaykur Rizespor. No le pegó un jugador, sino el presidente del Ankaragücü, que alegó tras el incidente que su intención primera era solo escupirle. Pero terminó soltándole un puñetazo al colegiado por su «actitud provocativa». Tras la agresión, se ha suspendido el fútbol en Turquía. El árbitro ya ha dicho que se retira. Cuando el pobre vio ayer que le llamaba Erdogan al hospital debió de pensar que lo remataban, al ser el presidente del país amigo del presidente del Ankaragücü. Pero no: Erdogan solo quería interesarse por él y condenar la violencia en el deporte. Aprovechemos para señalar la injusticia de que al presidente turco se le resalte mucho la autocracia y poco la capacidad goleadora. Estamos ante uno de los grandes delanteros de Europa. En 2014 jugó un partido amistoso en la inauguración de un estadio en Estambul y le bastó un cuarto de hora para marcar un 'hat trick'. Cierto que todos los balones le llegaban a él. Y que todos los defensas se apartaban de él. Y que el portero rival se quedaba quieto frente a él como si le fuese la vida en ello, que probablemente le iba.