Relevo imposible
País Vasco ·
La sociedad vasca no puede seguir explicándose a sí misma obviando la crisis demográficaLos datos de natalidad en el País Vasco son los peores desde 1975 por una razón de peso: solo tenemos datos desde 1975. De poder ... contar con registros previos, es fácil pensar que la tendencia sería aún peor. El borrador de ese cálculo puede hacerlo cualquiera con su familia, constatando el adelgazamiento del propio árbol genealógico. ¿Dónde están aquellas casas tan llenas de gente que los abuelos apenas conseguían identificar a los nietos por aproximación? Hoy un nieto es en los hogares vascos un ente individual y semimágico que merece adoración como si el chiquillo llevase dentro, no ya un lama, sino dos. Podría pensarse que medio siglo es un periodo suficientemente solemne para sacar conclusiones y aceptar una evidencia que nos define decisivamente como colectivo humano. Sin embargo, es frecuente que los vascos nos expliquemos a nosotros mismos aludiendo a certezas antiguas, cuando no ancestrales, mientras obviamos la evidencia monumental: nuestra sociedad no alcanza ni por asomo la tasa de reposición y son las mujeres extranjeras las que nos hacen mantener a duras penas el tipo demográfico.
La dimensión del problema se demuestra entre otras cosas porque todos los asuntos que ocupan de un modo tenaz las primeras páginas de los periódicos están relacionados con la demografía. Desde la falta de médicos a la vivienda, pasando por la política lingüística y llegando al mantenimiento de los servicios públicos o el declive industrial. También, por supuesto, la inmigración, un asunto que durante años fue un tabú y que ahora parece llegar al debate político del peor modo posible. Pasar del silencio atemorizado a la demagogia ventajista es perseguir el disparate cuando se habla del fenómeno que ahora mismo explica el nacimiento de uno de cada cuatro vascos. Es conocida la presencia en Roma de un esclavo que le susurraba la realidad de las cosas al emperador: «Recuerda que eres mortal». Habría que crear una versión del puesto, y la correspondiente OPE, para que a nuestros mandamases alguien les susurrase en todo momento la versión actualizada de la evidencia inesquivable: «Recuerda que envejecemos y vuelve la cabeza: los jóvenes vascos no están».
Trump
Objetivo California
En su desafío al gobernador de California, Trump ha movilizado por el momento dos mil soldados y setecientos marines, mientras habla de arrestar a Gavin Newson. El gran estado demócrata es el escenario perfecto para una exhibición autoritaria que tiene más que ver con el juego polarizador del presidente que con los disturbios ocasionados por las protestas contra sus medidas antiinmigración. El paso de involucrar al Ejército no es menor. La lealtad de las fuerzas armadas al orden constitucional es una de las certezas que durante dos siglos transformó la democracia estadounidense en un régimen de enorme estabilidad. Que Trump también quiera jugar con eso certifica la dimensión imprevisible de su segundo mandato. Curiosamente, cuando en 2021 una turba asaltó nada menos que el Capitolio fue el vicepresidente Pence (a quien la turba buscaba entre gritos de «traidor») quien tuvo que movilizar a la Guardia Nacional. Lo hizo con horas de retraso y en la comisión que investigó el asalto el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas explicó la razón: en aquella ocasión, con el hombre búfalo y los demás entrando por la fuerza en la sede del Legislativo, el presidente se hizo estrictamente el loco respecto a la movilización militar.
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