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Comienza el cónclave, un 'reality' espiritual con siglos de antigüedadRobert Harris, el autor de la novela en la que se basa 'Cónclave', dijo el sábado en la BBC que la elección de un Papa ... se parece en realidad a 'The Traitors', un 'reality' británico en el que un grupo es encerrado en un castillo y sometido a dinámicas conspirativas hasta que un estratega se impone al resto. Una mezcla entre el 'Cluedo' y 'Gran Hermano'. Ambos arrancan pasado mañana. El 'reality', en Antena 3. El cónclave en el Vaticano. Lo importante es, por supuesto, lo segundo. Nos esperan días de gran intensidad pontifical. El mundo volverá a mirar la chimenea en el tejado de la Capilla Sixtina.
La inminencia del cónclave dispara las quinielas de papables y a mí me parecen todas superficiales. Ignoran que los últimos tres papas (Wojtyla, Ratzinger, Bergoglio) tenían apellidos magníficos. Eso demuestra que el Espíritu tiene oído. Por eso no es probable que la serie se arruine ahora con un Bustillo, un Parolin, un Zuppi o un Tagle. Habiendo entre los candidatos un Pizzaballa, un Besungu o un Nzapalainga. Son apellidazos, pero ninguno como Arborelius, el apellido del obispo de Estocolmo. Mi candidato. La Iglesia quizá necesite un Papa asiático o africano, pero eso puede esperar. No puede hacerlo un Papa con semejante nombre de alquimista.
Además de a Robert Harris, para cogerle el aire al cónclave conviene leer a Stendhal. Al francés le pilló en Roma la muerte de León XII -«la cual alegra a todo el mundo», escribió- y se quedó a ver el espectáculo en primera fila. Tras tragarse un cónclave de treinta y seis días y sobornar aparentemente a la Guardia Suiza, presenció en San Pedro el anuncio de Pío VIII bajo un chaparrón. Antes había sido testigo de cómo la información les llegaba a los cardenales desde el exterior de la Sixtina y de cómo alguno de los «nobles reclusos» enviaba en dirección contraria los números que quería apostar «al Lotto». La mezcla de mundanidad y magnificencia define las crónicas de un cónclave que se disputó entre tres facciones -los ultras, los liberales y los de «centro»- que cruzaron vetos anticipándose en casi doscientos años a 'The Traitors'. Stendhal también asistió al cierre del ataúd de León XII. Escribe que todo se hizo ante notario porque en el Vaticano se saben perfectamente capaces de enterrar a un Papa vivo.
País Vasco
El Parlamento vasco retoma hoy su actividad, que cesó el 11 de abril con motivo de las vacaciones de Semana Santa. Han sido unas vacaciones que se han extendido por el puente de mayo, por San Prudencio y por las cosas de la vida. Al ser todo enero inhábil tras las vacaciones de Navidad, los parlamentarios llegaron a la tregua primaveral tras dos meses completos de actividad, lo que nos obliga a recomendar que se tomen ahora el retorno con calma y no rompan a legislar sin control, apasionada, furiosamente. Poco a poco. Los esfuerzos se acumulan y, estando la semana que viene ya a mediados de mayo, el trecho hasta las vacaciones de verano, un tramo tremendo, sin festividades, se antoja exigente.
Sabemos por supuesto que los parlamentarios no trabajan solo cuando los vemos en sus escaños, generalmente con la cabeza hundida en el móvil. Sus responsabilidades son muchas y parece que tras el apagón de la semana pasada les ha sido más complicado acometerlas porque el sistema informático del Parlamento vasco cayó completamente y se ha tardado cuatro días, cuatro, en recuperarlo. El lehendakari reivindicaba esta semana el autogobierno como la herramienta más eficaz para responder a las emergencias.
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