
Ómnibus sin frenos
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El PP tiene la culpa de que Junts deje caer los decretos del GobiernoDiez años después de denunciar con toda la razón que Rajoy menospreciaba al Parlamento convirtiendo el decreto ley, tan extraordinario y urgente, en la forma ... ordinaria de legislar, Pedro Sánchez ha aprobado más decretos leyes que su antecesor. Muchos de ellos en la modalidad ómnibus, que participa del trilerismo y la extorsión mezclando en un cajón de sastre legislativo la medida irrechazable y la inaprobable, la de interés público y la de interés privado, la vistosísima y la clandestina. La revalorización de las pensiones, por ejemplo, con las ayudas al transporte público y algo referente al impuesto de actividades económicas de los «Artistas de Arte Sacro». Sucedió ayer en el Congreso y el farol sostenido de Junts estrelló el ómnibus. El PSOE reaccionó buscando a un pobre jubilado para lanzárselo, no a sus socios inservibles, sino al principal partido de la oposición, que tiene al parecer que sostener al Gobierno. ¿El resumen? En España se profundiza en la transparencia y la deliberación mientras preocupa la pulsión antidemocrática de Donald Trump.
Otra conclusión es que la mayoría gubernamental pasa del fallo frecuente a las convulsiones. Pero centrémonos en el palacete parisino confiscado por los nazis que el PNV reclama desde hace décadas y cuyo traspaso también se incluía en el decreto tutifruti. Funcionó ayer como elemento escandaloso y se dijeron cosas enormes sobre el edificio, que alberga hoy el Cervantes de París. Sucedió un día después de que Miguel Tellado tildase la operación de «miserable» y al PNV de «aprovechategui». No importa que al mismísimo Aznar le pareciese fenomenal la operación, y el PNV como socio, ya en 1996. Ayer en el Congreso Idoia Sagastizabal llamó «sinvergüenza» a Tellado, pero en euskera. Para que no se enterase. Embutida entre las pensiones y el arte sacro, la devolución del palacete decayó, pero el PNV reveló al instante que no importaba por no sé qué figura jurídica y porque el decreto ley había estado un rato en vigor. El espectáculo fue asombroso: un partido vendiendo como un triunfo deportivo que un edificio de propiedad pública pase a su patrimonio inmobiliario aprovechando la oportunidad -«justicia democrática» ha circulado estos días a cuenta del palacete- de que el Parlamento ha votado en contra del traspaso.
EE UU
Macron y Scholz sostienen que, ante la victoria de Trump, Europa debe ser más fuerte. Para ser más fuertes, Kaja Kallas apuesta por hacer precisamente lo que nos exige Trump: gastar más en defensa. Mientras tanto, Hermann Tertsch le pide al pueblo que se levante contra el Gobierno si Pedro Sánchez provoca a los Estados Unidos. Hay que reconocerlo: ni tres días ha tardado Trump en transformarlo todo en 'trumpilandia'. Cómo olvidar a ese grupo de manifestantes en Ferraz, gente de orden y de cierta edad, bailando como el nuevo presidente de Estados Unidos frente a la iglesia donde rezan el rosario. ¿Qué pensarán, por ejemplo, de que entre los indultos firmados el martes por Trump esté el de Ross Ulbricht, condenado a cadena perpetua por haber creado en la 'dark web' un mercado clandestino y global de drogas llamado 'Silk Road'? Funcionó durante años y movió cantidades ingentes de dinero. Antonio Escohotado llegó a fantasear con lo bello que sería morir intentando sacar a Ulbricht de la cárcel. Pues lo ha hecho Trump, al que en un vídeo que ha aflorado estos días se le ve despidiendo a un Barron infantil que se va al cole y repitiéndole la orden pedagógica para cuando sea mayor: «Ni drogas ni alcohol ni cigarrillos».
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