Molinos de guerra

Como la inmensidad del mar favorece la alucinación poética, a mí el molino de Armintza me recuerda con las palas quietas a un 'tee' y me hace pensar en la posibilidad de que Poseidón emerja para jugar unos hoyos. El problema es que a la gente el paisaje suele gustarle como está, sin metáforas mitológicas, y los aerogeneradores son también monstruos invasivos. «A nadie le gusta que se coloquen cerca de donde uno vive», reconoció ayer el lehendakari, sabedor de que el Plan Territorial Sectorial de las renovables está levantando ampollas. Mientras tanto, la defensa del paisaje mueve el alma del país y genera oportunidades políticas. Por eso da la sensación de que Urkullu comienza a preparar un debate intenso como cualquier estratega: eligiendo el campo de batalla. En este caso, será uno moral y contemporáneo. Eso explica que el lehendakari sonase ayer a ratos como Greta Thunberg y llamase a anteponer el interés colectivo al interés local. Dicho de otro modo: ¿es mejor preservar la integridad de un paisaje que salvar el planeta y la vida de este bebé que acuno entre mis brazos? «Esta es buena guerra», le dijo Don Quijote a Sancho al divisar a lo lejos los treinta o cuarenta molinos famosos antes de precipitar la aventura que Cervantes define como «espantable y jamás imaginada». Una tontería, por tanto, comparada con una campaña electoral en la que PNV y Bildu se disputen el poder abiertamente.

Xavier Trias representa dentro de Junts al sector moderado y sensato y ayer reveló que el PSOE estuvo detrás del 23-F. «Es evidente», sentenció Trias, que adelantó que la gente iba a decir que está gagá anulando así la otra posibilidad: que simplemente estuviese empatando a golpes de Estado con el PSOE. «¡Pues anda que el que disteis vosotros!» Tras el anuncio historiográfico de Trias, la verdad es que ves las imágenes de Tejero entrando en el Congreso y puede que González y Guerra no se escondan bajo el escaño sino que caigan abrazados por la emoción mientras celebran lo bien que va el plan. Lo de la memoria histórica también va bien: el golpe de 1981 no lo dio solo el PP, como berreó el exportavoz Sicilia, también lo dio el PSOE. No sabemos si fueron dos golpes simultáneos o si fue uno solo. Uno de consenso.

Si tiende usted a no saber dónde deja las cosas, consuélese: al Pentágono se le ha perdido un caza. Se trata de un F-35, que cuesta 80 millones de dólares y está dotado con la más moderna tecnología. Durante un vuelo el piloto tuvo algún problema, se eyectó y desde entonces no se sabe nada del avión. En teoría, debe haber caído en North Charleston, al sureste de Carolina del Sur. Lo ha hecho al parecer con toda discreción. Como estarán de despistados en el Pentágono que le han pedido ayuda a la población. ¿No habrán visto ustedes un avión por aquí? Ojalá nadie haya visto nada, claro. Y comiencen a lucir los repuestos más fabulosos los coches gigantes de la zona. ¿Eso que llevas ahí es un lanzamisiles, pequeña Lurleen?