El homenaje de Estado a las víctimas de la dana de Valencia coincidió este miércoles con una alerta roja de la Aemet en Huelva y ... con la lluvia causando el caos en Sevilla. Fue como si la naturaleza quisiese recordar lo de escupir hacia arriba dejando claro lo que ella puede hacer hacia abajo. En Valencia, sin embargo, no llovió y las autoridades del Estado se reunieron con las familias de las víctimas para honrar la memoria de los 237 muertos de hace un año. Retransmitidos en directo con una voracidad extraña, los primeros encuentros entre las autoridades entre sí y entre estas y las familias arrojaron verdaderos tratados inquietantes de lenguaje no verbal. Pasando al lenguaje verbal, la dignidad de los familiares que tomaron la palabra en el homenaje fue tal que consiguió anular por unos minutos la gelidez futurista de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un escenario imponente para cualquier cosa menos para el recuerdo de una tragedia.
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La prima de uno de los muertos en Letur situó como responsable primero de la «catástrofe que sufrimos» a quien «omite su deber a sabiendas de que su omisión puede suponer la pérdida de vidas humanas». El Rey dijo que es «necesario» seguir analizando las causas de la tragedia para mejorar la reacción ante catástrofes futuras. Al oír cosas como estas, era inevitable buscar con la mirada a Carlos Mazón, que, por increíble que parezca, sigue siendo presidente de la Comunidad Valenciana y asistió al homenaje pese a que las víctimas le habían pedido que no lo hiciera. Por la mañana había organizado una declaración oficial para anunciar que el 29 de octubre será en la comunidad un día de luto. Y se llevó a los subordinados para que le aplaudiesen, probablemente porque sabía que por la tarde nadie iba a hacerlo. Al comienzo del acto en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, algunos familiares de víctimas increparon a Mazón, llamándole a gritos «'malparit'», «desgraciado», «rata cobarde» y «asesino». Al final del acto, se escucharon los gritos ya clásicos pidiéndole la dimisión. La noticia fue que esta vez el presidente sí estaba allí. Porque de haberse ausentado del homenaje a las víctimas de la dana, Mazón habría vuelto a hacer lo que hizo hace un año: no ocupar su lugar, incumpliendo su deber.
Gaza
Paz con bombas
Un mes después, no quedan muchas dudas de que el proceso de paz en Gaza está sometido a altibajos y a una correlación asimétrica tolerada por Estados Unidos. Funciona como un mecanismo. Y establece que, si Hamás asesina a un soldado israelí, Israel desencadena una noche de bombardeos y termina asesinando a cien palestinos, niños incluidos. Al día siguiente, Netanyahu anuncia como si tal cosa la reanudación del alto el fuego y alguien en la Casa Blanca, puede que el mismo presidente, insiste en que el proceso está siendo un éxito, como si tuviese prisa por desvanecer del panorama la discordancia existente entre el triunfo histórico de la paz y los bombardeos nocturnos. A continuación, se añade que Israel tiene derecho a defenderse sin entrar en detalles relativos a la proporcionalidad o al modo de conducirse de un Estado democrático, lo que puede considerarse ya como un clásico. El circulo vicioso se cierra con los fundamentalistas que sostienen a Netanyahu en el Gobierno reclamando cada vez que la frágil tregua se tambalea que Israel regrese cuanto antes a la guerra total y a la destrucción absoluta de Hamás, que es el lugar funesto del que hace un mes se abrió una mínima posibilidad de escapar.
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