Hombre atribulado
España ·
Pedro Sánchez pide perdón por Santos Cerdán y confirma una estrategia de resistencia numantinaEn lo que pareció una estrategia de crisis centrada audazmente en el Actors Studio, Pedro Sánchez compareció ayer umbrío por la pena, casi bruno, y ... con el tono de voz de la crisis del hombre enamorado llevada a los sótanos inaudibles de la tribulación. Cardos y penas llevaba ayer el presidente por corona. Y no le dejaban hueso bueno alguno, pese al estupendo bronceado. Fue así como anunció que no debió confiar en Santos Cerdán y pidió perdón a la ciudadanía. Antes Cerdán había dimitido de todos sus cargos al conocerse el famoso informe de la UCO. Incluye conversaciones sobre aparentes mordidas en la adjudicación de obras y hasta alusiones a un posible fraude en las primarias de 2014. El presidente aseguró compungido que él de esos chanchullos acababa de enterarse por los medios. También dijo que confiaba en que de Cerdán se encargue la Justicia. Fue como si olvidase de pronto lo de la fachosfera y la conspiración judicial. Fue como si de pronto los contrapoderes le pareciesen bien.
No duró mucho. Al rato Sánchez ya estaba más tenso que hundido y señalaba a Ayuso mientras aclaraba que los casos de corrupción falsos son los que le incumben a él. Si lo de hacerse la víctima siempre funciona, esta vez alguien deberá explicar cómo puede ser que al secretario general del PSOE no le incumba que sus dos últimos 'números tres' hayan salido corruptos, presuntamente. Parece que Cerdán logró engañar a todo el mundo. Solo los estragos morales de la vida partidista explican que ayer, cuando al Congreso iba llegando el informe de la UCO, ningún socialista de bien se levantase para agarrar a su secretario de Organización por las solapas. Todo apunta a que los escándalos van a seguir emergiendo mientras el Gobierno lo fía todo a la resistencia numantina. La tensión será máxima y convendría recordar que, por muchas charlas sobre mordidas que le afloren al exsecretario de Organización del PSOE, nada será comparable a su foto en Bruselas con Puigdemont. Adquiere ahora una nueva dimensión en términos de corrupción. Vemos en ella a Santos Cerdán ofreciéndole al líder del 'procés' la amnistía a cambio de siete votos para mantenerse en el poder, o sea, a cargo de la licitación de la obra pública.
RTVE
Manta y urogallo
La agonía de 'La familia de la tele', el 'Sálvame' de la tele pública, la tele de todos, llega a su fin con mucha coherencia: de un modo agónico. Quiero decir que ya se sabe que el programa ha terminado pero no se sabe cuándo terminará exactamente. Parece que sucederá en breve y que la dirección de Televisión Española está buscando un reemplazo para el espacio de cotilleo, doctrinilla y griterío. Hasta que encuentren algo, podrían reponer lo que se diese a esa hora hace cuarenta años. Seguro que estaba bien y salía Fernán Gómez fumando mucho. En 'La familia de la tele' sale en cambio una gente rebosante de bótox intentando poner en pie una farsa vocinglera y autorreferencial que se ha quedado vieja. De existir, su interés es puramente venenoso y es raro que se expendan tóxicos en la televisión pública cuando el país intenta que no se pueda fumar tampoco en las terrazas. 'La familia de la tele' muere haciendo peores números que los documentales de La 2 y 'Saber y ganar'. Ojalá mucha gente haya llegado ahora a estos clásicos huyendo del chafardeo estridente; ciudadanos que, puestos a elegir entre Belén Esteban y el urogallo del Asia Central, no han dudado en tomar el camino virtuoso: sofá, manta y urogallo.
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