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Opinión

Gatos y estrellas

Kamala gana el debate y, lo que es más importante, el apoyo de Taylor Swift

Jueves, 12 de septiembre 2024, 00:11

Como hay que tener mucha afición para trasnochar por un debate electoral estadounidense, el español medio se despertó ayer a una hora lógica y accedió ... directamente a las conclusiones: Trump asegura que en Springfield (Ohio) los inmigrantes se comen las mascotas de la gente y Taylor Swift va a votar a Kamala Harris porque le parece una guerrera. La estrella del pop ilustró su anuncio con una foto en la que sostiene un gato, pero no como si fuese a comérselo, sino como si lo quisiese mucho. Fue su respuesta a aquello que soltó J.D. Vance, el candidato a vicepresidente de Trump, sobre las mujeres sin hijos y con gatos. El intercambio dialéctico ya se ve que rayó a gran altura y hasta desencadenó la síntesis transoceánica cuando Óscar Puente -no eran ni las ocho de la mañana en España- tuiteó en perfecto inglés: «Swiftie a morir».

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Los 'swifties' son los seguidores de Swift, pero de Taylor no de Jonathan, el escritor que documentó la guerra entre Liliput y Blefuscu por el modo correcto de cascar un huevo. Sucedió hace siglos y, como es lógico, ya no nos peleamos por cosas tan estúpidas. Ahora lo hacemos por los gatos. Ayer, tras el debate, Elon Musk se ofreció a Taylor Swift para cuidarle el suyo y para darle además un hijo. A Taylor, no al gato. Creo. Nuestros expertos en estrategia aseguran que el magnate trumpista intentó desviar así la atención de la victoria de Kamala Harris. Parece que fue clara y que los demócratas regresan a la carrera presidencial. Nuestros expertos en el proceso electoral yanqui (¡también los tenemos!) ya anuncian que esta vez el condado clave será Lackawanna, que con ese nombre merecería estar entre Liliput y Blefuscu. Mientras tanto las redes se llenan de imágenes generadas por inteligencia artificial en las que Trump aparece rodeado de mascotas. La verdad es que hasta impresiona cómo el sectarismo trabaja la memez. La política y sus propagandistas han decidido que todo el mundo es idiota. Eso explica, entre otras cosas, que ahora al españolito que viene al mundo deba guardarle Dios porque o Broncano o Pablo Motos han de helarle el corazón.

Feliz Diada

La Diada más tranquila de los últimos años limitó los insultos y los amagos de violencia al circuito interno: Junts y Alianza Catalana contra Esquerra, la CUP contra Alianza Catalana... Por la tarde, las manifestaciones no fueron ni con mucho las de antaño, tan multitudinarias, y en ellas las asociaciones cargaron contra los partidos. Yo imagino que el independentismo será como todo: se pierde la ilusión. Respecto a su propia supervivencia, eso sí, los partidos no lo hacen. A la mañana, en el Congreso, Junts insistió en señalar a Esquerra como unos traidores muy pardillos y le recordó al Gobierno que ellos sí van en serio y les van a tumbar la senda de déficit. Otra vez. Lo hizo Míriam Nogueras, que en un cruce maravilloso le soltó a María Jesús Montero la siguiente frase con solemnidad desafiante: «Llevamos trescientos diez años resistiendo». Y a continuación lanzó uno de sus vivas despaciosos a la libertad de Cataluña. «Aprovecho para felicitar a todos los catalanes y catalanas la Diada», respondió a eso la ministra de Hacienda mientras se ponía en pie y ordenaba sus papeles, como quien ante una proclamación para la historia devuelve un comentario sobre la buena tarde que ha quedado.

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