Defensa inofensiva
Sumar ·
Yolanda Díaz se muestra reacia a aumentar el gasto militarQue el Gobierno va a aumentar el gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB lo garantizó el presidente Sánchez en Bruselas, con las cornetas ... de la UE tocando a algo que la supresión del servicio militar en 2001 me impide identificar. ¿Saquen sables? Fue en cualquier caso escucharlo y mirar todos hacia Sumar. Forman parte del Gobierno y no parecen dispuestos al desembolso, especialmente cuando los rivales directos de Podemos observan con los ojos inyectados en pacifismo y ultiman las pancartas del 'No a la guerra'. «No se arregla nada por subir el presupuesto militar», les dijo ayer a los periodistas una Yolanda Díaz más incómoda de lo habitual. Tras confirmar que en Sumar no están dispuestos a aumentar el gasto en defensa, la portavoz del PSOE celebró estar de acuerdo con ellos «en lo sustancial», que es por supuesto aumentar el presupuesto militar.
Hoy se reúne Pedro Sánchez con Yolanda Díaz para estudiar la situación y puede que también por ver si consigue entender lo que dice su vicepresidenta, que ayer aseguró que lo que necesitamos saber los españoles es qué política de defensa vamos a practicar en el siglo XXI, «en un momento complejo de recesión geopolítica y en el que nuestra apuesta es clara, por ejemplo, seguir apoyando a Ucrania». La apuesta por apoyar a Ucrania es clara, pero se vino Zelenski recién invadido al Parlamento y Enrique de Santiago ni le aplaudió. A favor de Izquierda Unida, hay que decir que exponen sus ideas con claridad, lo que posibilita el debate, que tiene toda la pinta de ser precisamente lo que el Gobierno esquive por su debilidad parlamentaria. Ojalá el modo de enredar a Sumar sea puramente léxico, o sea, palabrero. Es un espectáculo frecuente y preescolar que permitirá el milagro de que el gasto en defensa sea en defensa especialmente no ofensiva y se centre en cosas como drones de fotografía, ciberseguridad con perspectiva de género y puede que la creación de un cuerpo de operaciones especiales relacionadas con los cuidados. Si en algún momento se descubre por ahí una partida millonaria bajo el epígrafe 'Armas', se nos tranquilizará diciendo que se trata de un ciclo de recitales en los que Ana de Armas y Juancho Armas Marcelo leerán poemas por la paz de Mario Benedetti y Elizabeth Duval.
Arabia Saudí
Paz de estos desiertos
De entre todos los bares del mundo Ingrid Bergman tenía que entrar precisamente en el de Bogart. Y de entre todos los países del mundo la paz tiene que negociarse ahora precisamente en Arabia Saudí. Allí está ahora Zelenski intentando amigarse con Marco Rubio bajo el auspicio del príncipe Mohamed bin Salman, que ha seducido a la Administración Trump mediante el método infalible de sepultarla en petrodólares. La rivalidad entre Doha y Riad está pasando de un modo llamativo de disputarse el fútbol mundial a disputarse directamente la paz mundial. No es tanto casualidad como un prodigio de blanqueamiento. Arabia Saudí es un régimen despótico y cruel que está dejando de ser un paria para convertirse en un lugar idóneo para el encuentro diplomático, algo así como la Ginebra de Oriente Medio. A cambio de petróleo, Biden ya le perdonó a Mohamed bin Salman aquello tan feo de descuartizar al columnista Khashoggi. Ahora es probable que Donald Trump lo que haga con el príncipe saudí es reprenderle en privado por haber eliminado solo a un periodista del 'Washington Post'. El marketing es tan desprejuiciado que a Mohamed bin Salman se lo nombra ya por las iniciales: MBS. El JFK del desierto.
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