Ayuso no escucha
La presidenta de Madrid transforma un pareado mitinero del lehendakari en una amenaza
Ayuso se fue ayer donde Ana Rosa y dio una de esas entrevistas que hacen pensar en una cantidad asombrosa de voltaje eléctrico no siendo ... capaz de iluminar nada. La presidenta madrileña se mostró huracanada, beligerante, frágil, victimista, y lo mismo acusó a Moncloa de querer destruirla que encontró en la Fórmula 1 la analogía para hablar de Gaza. Fue extenuante. Para todos. Y con sus últimas energías Ayuso aún llegó a denunciar que con «la violencia verbal de los socios de Sánchez» el lehendakari le había mandado «un recado» que reprodujo así: «Ayuso, entzun, pim pam pum». A continuación, situó la frase como «lo que se decía antaño» y la tradujo libremente: «Entzun, Ayuso, que te estamos siguiendo».
Una forma de entender el lugar en el que estamos es que no asombre que la presidenta de Madrid parezca denunciar que el lehendakari del País Vasco la ha amenazado. Tampoco asombra la idea previa, que consiste en atribuirle a alguien como Pradales alguna relación con las amenazas que en el País Vasco implicaban sonidos de pistolas. Pero en realidad el lugar en el que estamos es mucho peor: uno en el que esto sucede a partir de lo inexistente. Lo que dijo el lehendakari fue «Ayuso, entzun, Euskadi euskaldun» y su responsabilidad es sin duda proferir semejante pavada. La llevaba preparada -el equipo de pareados de Lehendakaritza trabajando semanas en el ripio- y en directo sonó a cántico en el que se recuerda al rival quién es el campeón. Sucede porque 'entzun' rima también con 'txapeldun' y porque el forofismo es una pasión primaria.
No funciona ya sin embargo el recurso de culpar de esta deriva subterránea a la pasión ideológica. Estos cruces están calculados y se explican porque benefician a los participantes, que por supuesto menosprecian a los ciudadanos hasta un límite rayano con el desprecio. Ayuso, que siempre acomete, es la diana ideal para que marque perfil alguien como Pradales. La presidenta de Madrid insistió ayer en que en política hay que hacer lo correcto y no lo conveniente. A continuación insistió en que cuidado con señalar a Israel porque necesitamos su tecnología puntera. «Presidenta, usted no defrauda nunca en las entrevistas», la despidió Ana Rosa punzante, inflexible, inquisitiva.
Bernedo
Denuncias y silencio
La hipótesis de que el funcionamiento del campamento de Bernedo pudiese estar fuera del radar institucional terminó de caerse este domingo. Sucedió cuando este periódico reveló que había una investigación policial abierta desde enero por tres presuntas agresiones sexuales ocurridas en el udaleku. La fiscal jefa superior del País Vasco reconoció ayer que se ha enterado por los medios, al estar el atestado de la Ertzaintza fosilizado en alguna mesa del Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria. La Fiscalía ordena ahora agilizar el proceso mientras las tres diputaciones y el Gobierno vasco siguen sin explicar por qué todos habían recibido quejas del funcionamiento del campamento, limitándose unos a trasladar las denuncias y otros a alejar del udaleku solo a los menores que estaban a su cargo. Por su parte, los partidos políticos callan, a excepción del PP de Álava que ha pedido una comparecencia en Juntas. El silencio es significativo porque demuestra una peculiaridad del sistema político vasco. Entre intentar controlar los temas de los que se habla y responder a los temas que la realidad de vez en cuando consigue imponer, nuestros partidos se permiten una tercera opción muy llamativa: desaparecer.
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