Necesidad de Gobierno
Los ejecutivos de coalición también pueden funcionar, y tenemos buenos ejemplos de ello en Euskadi a lo largo de muchos años
Forme Gobierno Sr. Sánchez, ya está bien. Nosotros -PP y Ciudadanos- no le apoyaremos, pero ahí tiene a sus amigos, a Unidas Podemos, a los ... nacionalistas y a los independentistas. Esta es la posición firme de la derecha española. Nada nuevo en el discurso a lo dicho en campaña, nada nuevo salvo que la previsión no era perder el peso que sus escaños les otorgan. Nada nuevo, excepto que algún día este país pueda ser capaz de consensos transversales. Y esta vez, no toca.
Esta es la posición desde la que el PSOE debe conseguir apoyos en otros lares y formar gobierno. Tiene quince días para negociar, y para ello, tiene que garantizarse el apoyo de Unidas Podemos y atraer al PNV, a Esquerra Republicana, a Bildu, a Junts per Catalunya y otros partidos con menor representatividad, pero de los que puede necesitar su abstención o apoyo. Yo diría que sin temor y sin temblor. No es bueno que España prolongue su interinidad con nuevas elecciones, y sería decepcionante un escenario sin acuerdo. Los partidos políticos, según la última encuesta del CIS son percibidos por los ciudadanos con una pésima decepción, y también esto podría conllevar un desinterés y el crecimiento de la abstención en futuros comicios.
Sin temor del PSOE a pactar con Unidas Podemos un acuerdo y un Gobierno, cuya fórmula, con ser importante, no es esencial: Gobierno de cooperación, de coalición, acuerdo programático o de gobernabilidad, cualquier acuerdo es un canto al sol si no parte de la voluntad inequívoca de hacerlo posible. El PSOE tiene que superar sus miedos a la reacción de los mercados, de los lobbies. Los aparentes garantes de la estabilidad de los mercados, el PP y Ciudadanos, ya han despejado por su cuenta el camino, ya han dejado claro que no están dispuestos a confiar en alianzas con el PSOE. Y, sin embargo, las economías en Europa también han tenido un comportamiento positivo con gobiernos de izquierda.
El diálogo y acuerdo con el PNV, al que el PSOE necesita cerca, es imprescindible; infunde estabilidad y confianza. Parece razonable que el PNV apoye un gobierno de coalición del PSOE con Unidas Podemos. Pero ello debe tener una contrapartida natural, que Elkarrekin Podemos en Euskadi asuma su cuota de corresponsabilidad en la gobernabilidad estable de las instituciones vascas.
Sin temor de Unidas Podemos a alcanzar acuerdos posibles, realistas, que relajen su discurso, particularmente en materia económica. Cuando se llega al poder, se hace lo posible, se aplaza lo deseable, y se aparcan proclamas sin recorrido. Si Unidas Podemos quiere conformar parcelas de gobierno en España, necesita alguna dosis adicional de sosiego, precisamente para hacerse respetar en todos los círculos, también en los círculos económicos. Lo puede y lo debe hacer, la defensa de los colectivos vulnerables no lleva aparejada la aversión a los empresarios, sino la búsqueda de su complicidad.
Sin temblor del PSOE a incorporar a personas en el Consejo de Ministros más allá de su partido. Comprendo la importancia que un gobierno monocolor tiene para el tranquilo devenir de los Consejos de Ministros para relacionarse en un ambiente de mucha confianza y para que no se tenga que repicar el Consejo en 'consejillos previos' de cada partido. Eso es bueno, pero no imprescindible. Los gobiernos de coalición también pueden funcionar, y tenemos buenos ejemplos de ello en Euskadi a lo largo de muchos años.
Sin temblor de Unidas Podemos a alcanzar un acuerdo que le lleve al Consejo de Ministros, o lo deje fuera. Lo nuclear es centrarse en un acuerdo programático, no en un documento; centrarse en la acción del Gobierno y en la capacidad de influir en su implementación y en su rigor. Las comisiones de seguimiento sirven para poco, más importante incidir ex ante que ex post. No descarto el Gobierno de coalición, tampoco otras fórmulas. Creo que lo importante para un partido es que lo acordado se cumpla. Y no tengo nada claro si la visibilidad dentro de un gobierno, sin más, sea mejor que la que se puede conseguir desde la complicidad diaria y rigurosa. A veces, una presencia minoritaria en el Consejo de Ministros puede terminar diluyendo la presencia del partido como tal, aunque aumente la personal del ministro, y maniatando la acción enérgica de exigencia de cumplimiento de acuerdos, precisamente por formar parte del gobierno. Y al final, bien lo sabemos, la notoriedad es importante para conseguir buenos resultados en las siguientes elecciones, pero sin confundirla con la simple aparición en medios de comunicación y redes sociales. Sólo la buena notoriedad, aquella que pone en valor el resultado de la acción del partido es la verdaderamente importante.
Sin temblor del PSOE a hablar con ERC y Bildu. Son sus miedos y sus vértigos los que le llevan a no reconocer como interlocutor a trece representantes que encarnan de manera relevante posiciones de izquierda y posiciones de reivindicación soberanista de Catalunya y Euskadi. ¿No ha quedado claro que el gran reto de esta legislatura será el de hacer posible un cauce que rebaje la actual presión catalana? Mejor temprano que tarde y mal; comenzar por reconocer la necesidad que España tiene de canalizar esta situación. Y mirar a la cara, saludar y hablar, es la cortesía, al menos inicial y necesaria para avanzar. Cerrar los ojos y afirmar que no existo, es propio de niños. No lo somos, y está en juego el bienestar de los ciudadanos.
No soy capaz de imaginar otro horizonte. Unas nuevas elecciones podrían desmovilizar el voto socialista y hacer posible otras mayorías que los ciudadanos no han querido en éstas. La prudencia es bienvenida, el miedo no.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión