Cristóbal Montoro ha sido el mejor ministro de Hacienda de la democracia. No, no me refiero a su desempeño en el cargo. ¿Qué importa eso? ... Hablo del acierto en el 'casting'. Fue absoluto. Si Rajoy pensó en poner de ministro de Hacienda al Laurence Oliver de 'Marathon Man', acertó al decantarse por Montoro, ya que encarnaba mejor el amor por el dolor ajeno. Cuando salió a la luz la lista Falciani, Montoro aseguró que aquello era «un aperitivo» comparado con lo que tenía él en los ordenadores de la Agencia Tributaria. A continuación estalló en una carcajada y de pronto las plantas se agostaron, los bebés abrieron los ojos espantados y hubo un eclipse de sol. La ciencia lo atribuyó todo equivocadamente al cambio climático. Bueno, en realidad esto no sé si sucedió. Pero Montoro fue el ministro que en 2015 comenzó a publicar los nombres de los grandes deudores de Hacienda. Siete años después, no termina de saberse si la lista sirve en realidad para que los morosos paguen y el Supremo no termina de decidir si semejante exhibición de los datos económicos del personal es legal, pero se ha conseguido algo en el fondo más importante: una modalidad de escarnio estacional.
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Así que, ahora que llegamos a la mitad del año, sabemos que Luis Medina, aristócrata y comisionista, entra en la lista de morosos con Hacienda, mientras sale el entrenador Ancelotti y se mantienen clásicos como Mario Conde o Agapito García, el empresario del hormigón que lleva más de veinte años pleiteando con la Agencia Tributaria y es el «deudor de España», un poco como Beny Moré era el bárbaro del ritmo. En la lista que se publicó ayer y será actualizada como es tradición a final de año también sigue Kiko Matamoros, pongamos por caso. Y entra su exmujer Makoke. También permanece el cocinero Sergi Arola. Y los futbolistas Eto'o y Alves. ¿Qué lección extrae la sociedad de esta información? Una muy clara: aquí se penaliza al famoso y hay que parapetarse lo antes posible detrás de una persona jurídica. Son la inmensa mayoría de la lista de morosos de Hacienda y será raro que paguen porque tienden a estar envueltas en quiebras, concursos y liquidaciones. Llamándote Promociones Cataclismo SL y no teniendo cara, es más difícil que te saquen los colores.
OTAN
Gran éxito
Si lo he entendido bien, la cumbre de la OTAN ha confirmado un escenario global de enfrentamiento entre potencias y ha situado a China como amenaza para Occidente. Pero ha sido un éxito de organización. O sea, que se acerca la Tercera Guerra Mundial, pero qué manera la nuestra de recibir. «Esta gente no ha comido así en su vida», parece a punto de declarar oficialmente el Gobierno. Incluso se ha recordado estos días lo mal que organizaron los franceses la final de Champions. Como si la OTAN moviese aficiones rivales más allá de las que conviven ebrias y belicosas en el interior de Boris Johnson. Lo malo para el Gobierno es que lo bueno se acaba y hay que regresar a la rutina. Por ejemplo, aprobar el aumento del gasto militar mediante «un gran acuerdo de país» para el que, en ausencia de tus socios, necesitas justo a los partidos a los que llevas años situando al otro lado de una línea de decencia imposible de traspasar.
SAN FERMÍN
Relevos
Hay lío con la cesión de Televisión Española a EITB de la señal de los encierros de San Fermín, pero el drama es otro: la jubilación de Javier Solano, el discreto locutor que llevaba casi treinta años narrando los encierros con conocimiento y precisión. Eso no es fácil: los encierros de Pamplona están llenos de normas no escritas y liturgias intocables. También, por cierto, de un sentido que quizá estén tentados de olvidar los nuevos y diversos locutores: no se corren los toros por pura fantasía, sino para llevarlos a la plaza, donde serán estoqueados por la tarde.
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