Nos llevamos mal con los bancos
En este país tenemos una mala relación con los bancos. Creo que todo parte de una serie de circunstancias desagradables. En primer lugar no distinguimos ... entre la banca de capital privado y la banca semipública que eran las cajas de ahorros, dirigidas por políticos, empresarios, sindicalistas etc. De tal manera que cuando estas cayeron en la quiebra -casi todas, pero hay grandes excepciones- y fue necesario aportar sumas relevantes de dinero público, los ciudadanos nos empeñamos en recuperarlo a través de los bancos privados, que no solo no recibieron ninguna ayuda, sino que concedieron mucho dinero procedente de su Fondo de Garantía. Luego, no nos gusta que el sistema financiero tenga beneficios, aplaudimos todas las sentencias que limitan su actuación -sean razonables o no- y nos enervamos cuando pretenden cobrarnos su trabajo a través de las comisiones. Es cierto que también ha habido muchas conductas comerciales abusivas, aunque sorprende que solo se hayan declarado como tales a las operaciones que salieron mal y a ninguna que saliera bien. Es decir, todo lo que salió bien, los clientes lo entendieron bien; y todo lo que salió mal no lo entendió nadie. Y, por último, tampoco han ayudado a elevar su reputación las conductas de algunos de los líderes bancarios, muy alejadas de los compromisos éticos y de buen gobierno que tanto predicaban.
El de hoy es un caso más. El IRPH es un índice utilizado como referencia para determinar el interés a pagar por los préstamos hipotecarios. La evolución de los tipos de interés nos ha llevado a una situación en la que los préstamos así referenciados han resultado más caros que los que utilizaron el Euróbor. ¿Consecuencia? Unos abogados avispados han llevado el tema hasta Luxemburgo, argumentando que ese índice era poco claro y muy abusivo. ¿Era claro el IRPH? Era un índice oficial, calculado por el Banco de España y difundido con publicidad. Pero, ¿alguien que no sea muy, muy experto, sabe cómo se calcula el Euríbor? Por supuesto que no. La diferencia no está en su claridad; la diferencia consiste en que la evolución del Euríbor ha resultado mejor para el cliente y la del IRPH, mejor para el banco.
Ayer, el Tribunal de Luxemburgo decidió que el índice IPRH «puede ser abusivo» y que deben ser los tribunales españoles quienes determinen si lo es o no. Típica decisión salomónica que permite defender una conclusión y su contraria. La Bolsa, que se fija mucho en todas las cosas que afectan a la cuenta de resultados de las empresas cotizadas, determinó ayer que la sentencia es favorable para la banca y empujó su cotización al alza. Se agarró a la sentencia emitida por el Tribunal Supremo en 2017, que validó este índice. Todavía habrá juicios que arrastren el tema por los pasillos de los juzgados, pero parece que la banca ha salvado un punto de 'break', como dicen los tenistas. Por cierto. ¿Conoce algún país con una economía fuerte y sostenible que no cuente con un sistema financiero fuerte y sostenible? No busque, no hay.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión