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La Llamada

Jueves, 26 de julio 2018, 01:01

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Arde Grecia y hasta a Aristóteles se le están quemando los silogismos al descubrir que más de la mitad de los fuegos son provocados. Para intentar comprender las dimensiones de la catástrofe hay que empezar por darse cuenta de que sólo en Portugal fueron superiores a las de la bomba atómica de Hiroshima. A eso se suma lo que llaman el 'estrés hídrico', que es una forma de decir que del cielo no cae una gota. Todas provienen de nuestro sudor, que siempre ha sido muy silencioso y acostumbra a vestirse con una blusa dorada. El presidente Sánchez ha estado viendo venir todo, pero no ha podido apartarse de nada. Su itinerario independentista lo traza Puigdemont desde Alemania, pero la finalidad es idéntica: hacer más pequeña a España. ¿Qué ocurrirá si Torra llama a las urnas en Cataluña? A muchos españoles, según cálculos aproximados, el asunto nos trae con cuidado. Con muchísimo cuidado.

La solución, por ahora, es la misma de siempre: subir los impuestos, mientras Sánchez se esfuerza en mantener la legislatura. Unas nuevas elecciones generales están llamando a la puerta, pero para no oírlas basta con tenerla «herméticamente abierta», que dijo aquel concejal, enemigo de la gramática, pero muy buena persona, amante de sus amigos, incluso de los que le traicionaron. Mientras, el presidente Sánchez, parcialmente guiado por Torra, aspira a frenar el despilfarro, sin más arma que aumentar los impuestos, aunque los tiros salgan por la culata. El golpe de mano del cosmopolita Puigdemont se le puede ir de las dos manos, pero él es ambidiestro. Aunque a muchos nos parezca que es zurdo de las dos manos y sordo de los dos oídos.

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