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Intoxicaciones

Lo gubernamental o de fuentes oficiales no es equivalente a verídico

Miércoles, 22 de abril 2020, 23:52

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En nuestra profesión periodística la palabra 'intoxicación' no alude a un problema fisiológico. Es la expresión habitual en las redacciones para calificar una confidencia de ... un político o una institución de gobierno contaminada por elementos propagandísticos. Que está desorbitada respecto a su valor real o contiene infundios respecto al adversario. Que está construida con datos manipulados. No es algo excepcional. Es el pan nuestro de cada día con el que tiene que lidiar un periodista. Un profesional. En las redacciones nos pasamos la vida con esa expresión en la boca: eso es una intoxicación. Así que echamos la jornada chequeando los datos 'oficiales', las versiones 'fidedignas', las noticias 'de muy buena fuente'. El nivel profesional se mide por el diámetro del agujero de los filtros por los que se pasa el material. Ese es nuestro oficio. Separar la información de la propaganda. Distinguir entre la noticia y la publicidad. Oler a la legua lo que es un montaje. Pasar de los bulos como de la peste. Y no caer en la tentación de creernos aquello tan peligroso de que el rumor es la antesala de la noticia. Un rumor es un rumor. O un globo sonda. Y los partidos son especialistas en construirlos y lanzarlos. Para tener ese pulso es necesario aprender de los veteranos, estar respaldado por un medio riguroso y huir de la ideologización que todo lo contamina. Y ahora resulta que el gran hermano Tezanos empieza a preparar el terreno para 'facilitarnos' la tarea. Es más, nos va a echar una mano la Benemérita.

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