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¿Gastamos mucho en educación? ¿gastamos bien?

¿Gastamos mucho en educación? ¿gastamos bien?

Se presta demasiada atención a cuánto se invierte y muy poca al resultado que se obtiene de esa dotación dineraria

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Domingo, 16 de septiembre 2018, 01:28

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Seguro que se ha fijado en que la inmensa mayoría del debate sobre el gasto social, -sobre cualquier apartado del gasto social-, se desarrolla siempre alrededor de la 'cantidad' de dinero empleado en solventar una necesidad y casi nunca se centra en la 'calidad' del resultado obtenido con el dinero empleado. Si atendemos a los políticos podríamos decir que solo les interesa disponer de grandes partidas presupuestarias para gastar y las pocas veces que se ven obligados a debatir sobre qué se ha hecho con ese dinero, lo hacen a disgusto, demonizan cualquier análisis coste/beneficio y utilizan las comparaciones solo cuando les benefician.

No lo reconocen, pero deberían hacerlo: disponer de mucho dinero para gastar, no estar sometido a una cuenta de explotación y no tener que rendir cuentas sobre los resultados es un situación cercana a la felicidad completa. Se lo cuentan a un gestor de cualquier empresa cotizada o, simplemente de una empresa familiar que tenga un consejo ante quien responder y se muere de la envidia. Es verdad que se habla de ello en el Parlamento, pero allí se vigila el cumplimiento de las formalidades mucho más que el logro de los objetivos que, en general son subjetivos y opinables. Si le parece un juicio exagerado, mida el tiempo empleado en aprobar los presupuestos y compárelo con el dedicado a su descargo.

Por eso, a mi encantan las estadísticas que de vez en cuando se publican -siempre con menor frecuencia de las conveniente-, y que hablan de gastos y comparan resultados. Como estas que le voy a comentar hoy. El servicio de estudios del BBVA (goza de enorme prestigio profesional, pero al ser de un banco igual me deja usted de leer…) acaba de publicar un informe sobre el gasto incurrido en algo tan fundamental como es la educación. Desglosa los datos por comunidades autónomas y los separa entre la educación pública y la privada.

¿Qué nos dice? Cosas muy interesantes. Primer dato. Entre la administración central, la autonómica y las locales en este país gastamos 51.903 millones de euros, de los cuales 35.678 van a la educación no universitaria y 11.614 a la universitaria. ¿Mucho? Vaya por delante que a mí el gasto en educación siempre me parece poco, pero, si dividimos esa cantidad sobre el número de trabajadores de este país, veremos que cada uno aporta algo así como 2.700 euros al año para educar a sus hijos, nietos o allegados. No está mal, pero adentrémonos un poco más en el análisis o al menos en la parte que nos toca más de cerca.

Si la media de gasto por alumno en España -en el conjunto de todos los niveles-, es 100, en el País Vasco asciende a 144,8 en la red pública y a 99,2 en la privada. ¿Explica el diferencial de calidad, las diferencias de coste? Pues no lo sé bien, porque esto siempre se explica mal. Y, si acudimos a los estudios de referencia, por ejemplo el informe PISA, no es fácil llegar a esa conclusión. Contiene muchísimos datos, pero solo le recuerdo uno importante, como es el entendimiento en ciencias, en donde el dato del País Vasco no alcanza la media general y se ve superado por otras ocho comunidades, lo que convierte en aventurado el argumento de la calidad.

Soy consciente de que necesitamos analizar más datos e introducir muchas matizaciones para llegar a conclusiones definitivas. Perfecto, pues que se analicen todos los datos y se efectúen todas las matizaciones. Por favor. Yo no quiero tener razón, solo pretendo que, a la hora de debatir y de cuantificar el gasto público, -además de subir los impuestos y de aumentar el déficit presupuestario-, se estudie el gasto, su tamaño, su necesidad y su eficacia.

Hay factores que se aducen de manera recurrente. Como la obligación de lo público de atender todas las necesidades y proteger todas las lenguas, pero ¿eso es todo? ¿Por qué no se profundiza nunca en las razones que explican tan grandes diferencias por comunidades y, también, con la red privada? ¿Es mucho pedir? Sí es, ¿no? Me lo temía.

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