El Foro
El Ayuntamiento ha constituido el Foro Bilbao para la Paz y la Convivencia del que el alcalde llevaba tiempo hablando. No parece sin embargo que el comienzo haya sido demasiado promisorio. Por dos razones: el abandono casi instantáneo del PP y la generación preliminar de una cantidad llamativa de prosa vacía. Lo del PP tiene que ver con la negativa de Bildu a condenar expresamente el terrorismo de ETA. Ignoramos si en la preparación del foro se dio como posible la opción de esa condena. Habría sido un raro logro de índole casi diplomática. El caso es que el portavoz municipal del PP, Luis Eguiluz, abandonó el lunes la reunión inaugural asegurando sentirse «decepcionado».
Siendo malo que un partido que representa casi al 12% de los votantes bilbaínos no participe en cualquier iniciativa de importancia que impulse la ciudad, lo del discurso vacío es probablemente aún peor. Lo es porque solo una buena cantidad de contenido concreto, comprensible y conveniente podría responder satisfactoriamente a la pregunta que la iniciativa del alcalde provocaba de un modo automático: ¿qué sentido tiene promover esta clase de instancias en el ámbito municipal?
Quizá convenga esperar a que el foro comience a trabajar, pero inquieta que el discurso vacío parezca adueñarse ya de sus presupuestos. Por ejemplo, entre los objetivos del foro está «proponer iniciativas positivas para profundizar en la empatía social hacia las víctimas y familiares y apoyar el avance y mejora de las políticas públicas coherentes».
El significado de este tipo de frases es siempre un misterio, pero su melodía es del todo reconocible. Proviene de esa ‘Motown’ de la paz y la convivencia que dirige Jonan Fernández. En el mejor de los casos, el discurso es una especie de placebo hipersilábico; en el peor, una extraña variante del ‘coaching’ que parece esperar que las víctimas terminen alcanzando grandes logros catárticos, puede que incluso abrazando a alguien mientras se graba un documental.
El Ayuntamiento define el foro recién constituido como «un espacio de encuentro y de consenso sobre actuaciones y programas». Tampoco se entiende muy bien qué quiere decir, pero se intuye que igual es mejor que de estas cosas se encargue el Parlamento vasco, que tiene más alcance, incluso para la abstracción.