A la espera de la emergencia

- EDITORIAL - ·

El desafío de recuperar la salud colectiva y la economía de Euskadi exige un redoblado compromiso a las instituciones y a los ciudadanos

El correo

Domingo, 16 de agosto 2020, 00:06

Las escasas 24 horas que restan para que entre de nuevo en vigor en Euskadi la declaración de emergencia sanitaria, con su ceremonial de reuniones ... y asunción del «mando único» en la crisis del coronavirus por el lehendakari Urkullu, deben servir para que las instituciones y la ciudadanía en su conjunto reflexionen sobre su actuación en las últimas semanas. Un periodo en el que la necesidad de dinamizar sectores económicos muy castigados por el largo confinamiento encontró acogida en una población ansiosa de expansión en pleno verano. Unos días, quizá demasiados, en los que los rebrotes iban apareciendo en clara relación con celebraciones sociales y familiares y el ocio nocturno; en los que las autoridades trataban de atajar los focos con medidas quirúrgicas porque, además, coincidían con la segunda campaña para las aplazadas elecciones autonómicas y la propia cita con las urnas. En medio de la interinidad política, se iba sucediendo el recuento diario de una explosión de contagios que se cierra, de momento, con más de 1.500 nuevos casos en los últimos tres días.

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En la antesala de la emergencia sanitaria, los 575 positivos del viernes retrotraen a la comunidad autónoma a valores de finales de marzo. Y el abordaje de lo que representa un paso atrás incide en la muy mejorable pedagogía de todos estos meses. Es cierto que el aumento de las infecciones no colapsa el sistema sanitario, que la multiplicación por cuatro de PCR permite salir al encuentro del virus. Pero también que crecen las hospitalizaciones y los ingresos en las UCI, que hay pacientes de mayor edad y que la enfermedad se vuelve a pasear por los geriátricos. Por ello, y a la espera de nuevas restricciones que se analizarán el martes, si el objetivo es redoblar el compromiso activo de toda la sociedad, la prudencia aconsejaría no especular con las medidas que habrá que adoptar y menos aún, en un escenario impredecible, con aquellas que se descartan, según se anunció en la comparecencia conjunta de las consejeras Arantza Tapia y Nekane Murga.

Todos y cada uno de los ciudadanos vascos están llamados a observar la máxima protección en su relación social en las próximas semanas para llevar a cabo del mejor modo posible la vuelta masiva al trabajo y la de los escolares a las aulas. Están en juego la recuperación de la salud colectiva y la reconstrucción económica.

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