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El PNV contra (¿casi?) todos

El PNV contra (¿casi?) todos

Los jeltzales acumulan problemas, y de calado. La gran incógnita a despejar es si la oposición sabrá rentabilizarlo o no

Alberto Ayala

Jueves, 20 de septiembre 2018, 00:28

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El Parlamento vasco acoge hoy el debate anual sobre política general. Y lo hace con una diferencia sustantiva respecto a los últimos años: que el PNV llega a la sesión con problemas de relevancia.

El Gobierno Urkullu ha vivido cinco de sus seis años casi en un balneario. Primero gracias al pacto de legislatura que firmó con un PSE hundido y en estado de pánico, cuando los jeltzales sopesaban incluso unas elecciones anticipadas al año de recuperar Ajuria Enea. Y esta legislatura tras el acuerdo de coalición rubricado de nuevo con los socialistas y gracias, además, al apoyo presupuestario del PP vasco en contraprestación al respaldo peneuvista al Gobierno Rajoy.

Este último colchón ha desaparecido. El determinante apoyo del PNV a la caída del gabinete conservador y a la llegada del socialista Pedro Sánchez a La Moncloa vuelve a dejar al Ejecutivo Urkullu en minoría. O lo que es igual, en riesgo de sufrir semana tras semana revolcón va revolcón viene en la Cámara de Vitoria.

Pero lo anterior, aún siendo importante, si quieren hasta muy importante, no es ni lo único ni lo que más inquieta al PNV. Las otras cuatro 'patatas calientes' con las que debe lidiar Sabin Etxea y, por tanto Ajuria Enea, se llaman 'caso De Miguel', escándalo Osakidetza, el affaire de los comedores escolares y, claro está, el debate estatutario.

Se concrete o no el pacto entre la Fiscalía y los abogados de los principales encausados en el 'caso De Miguel', una veintena de ellos exburukides, excargos y militantes peneuvistas, la mayoría vizcaínos, la simple disposición de muchos de ellos a asumir sus presuntas fechorías a cambio de una petición de penas más benevola parece sugerir que sí, que en esa piscina sí que había agua.

El PNV -el sector de Egibar ,pero también el oficial de Ortuzar, bien por acción o por omisión-llevan años negando la mayor, atacando la investigación judicial y fiscal para defender a los encausados, y aventurando que todo quedaría en nada en el juicio en curso. Pretender ahora que la sigla está al margen cuando una veintena de cargos y militantes que no se conocían pactaron presuntamente para repartirse comisiones ilegales suena a chiste, si el asunto tuviera alguna gracia.

Lo mismo que aspirar a que el escándalo de la OPE de Osakidetza se salde sin responsabilidades políticas pese a haberse demostrado las anomalías. Si no es responsabilidad de un consejero que una oposición pública sea limpia, ¿de quién es? Y otro tanto cabe decir del pacto alcanzado por varias firmas para repartirse las contratas de comedores escolares sin que ni el Gobierno del PSE ni luego el del PNV se enteraran de nada. ¡Brillante!

Del debate estatutario está casi todo dicho. El PNV alcanza un acuerdo de corte soberanista con EH Bildu. Luego Urkullu y Ortuzar nos dicen que están dispuestos a rebajarlo, pero de mojarse nada de nada. Buscan que les haga el trabajo un grupo de expertos presidido por un político en activo, el 'número dos' jeltzale en el Congreso, y después de las elecciones locales de mayo.

El PNV tiene un horizonte problemático. Los estrategas de Sabin Etxea trabajan ya para que no amenace sus excelentes perspectivas electorales. De la oposición, y del PSE, dependerá que sea o no así. El juego, el político y también el judicial, es evidente que ya ha comenzado.

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