El pasaporte y más
Editorial ·
La implantación del pase covid en Euskadi, avalada por el Supremo, es insuficiente para contener la nueva avalancha de contagiosel correo
Jueves, 2 de diciembre 2021, 01:15
El Supremo ha avalado la implantación del pasaporte covid en el ocio nocturno de Euskadi y en los restaurantes con más de 50 plazas, como ... pretendía el Gobierno vasco para frenar el descontrolado avance del virus. La sentencia, cuyos fundamentos jurídicos y consecuencias últimas se desconocen aún al no haber sido publicado su contenido, enmienda la plana a la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior, que con el voto discrepante de su presidente impidió la exigencia del certificado vacunal en esas actividades por estimar que vulneraba derechos fundamentales. A las restricciones que implica la puesta en marcha de ese instrumento el Ejecutivo de Urkullu se propone añadir mañana otras nuevas en el marco de las competencias que le confieren la inminente declaración de la emergencia sanitaria y la ley antipandemia recién aprobada.
La Administración vasca se ha anotado un valioso éxito judicial con su recurso ante el Supremo, resuelto en el plazo inusualmente reducido de apenas una semana. Queda así probada la conveniencia de presentarlo tras una incomprensible negativa inicial no sustentada en razones de peso -más allá del desgaste político que habría supuesto un eventual revés- y contradictoria con la trascendencia que ha atribuido al pase covid para contener los contagios a pesar de que el Departamento de Salud rechazó rotundamente hace solo dos meses su uso con los fines ahora perseguidos. El Gobierno vasco se ha visto obligado a rectificar con la llegada de la sexta ola, que ha disparado de nuevo las infecciones -Euskadi vuelve a estar en cabeza de la incidencia en España por razones que nadie acierta a explicar- y tensionado el sistema sanitario.
Aunque la inquietante expansión de la pandemia pueda justificar la exigencia de ese documento para acceder a determinados recintos, no cabe esperar efectos milagrosos de la iniciativa. Probablemente incentivará la vacunación de ciudadanos no protegidos, pero ni el hecho de estarlo impide transmitir el virus ni poseer el documento garantiza que su portador no esté infectado en ese momento. Mientras la variante ómicron progresa y la UE se plantea un debate sobre la inmunización obligatoria, serán inevitables otras restricciones, que deberían ir acompañadas de una sincera autocrítica personal y colectiva sobre el cumplimiento de las medidas de prevención impuestas por un virus que sigue entre nosotros.
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