

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Los guiños sociales introducidos por el PNV y el PSE a su propuesta de reforma fiscal en los tres territorios históricos no han sido de ... momento suficientes para convencer del todo a Podemos, la última opción con visos de prosperar que les quedaba a los socios de gobierno. Tras el 'portazo' de EH Bildu y el veto de Eneko Andueza a un acercamiento al PP, la propuesta tributaria parece encallada, a pesar del giro a la izquierda dado a última hora en busca de un acuerdo más amplio. Los morados dejan en el aire un eventual respaldo, amparados en el «empate técnico» con el que han saldado la consulta entre sus bases, a la vez que plantean más cesiones a sus interlocutores. La decisión refleja las fuertes discrepancias que suscita entre su militancia el pacto con las dos formaciones que lideran las principales instituciones vascas. La división que ha aflorado amenaza con sembrar de dudas la 'vía morada' emprendida por jeltzales y socialistas, que pueden ver inquietantes señales de confusión en Podemos para sus intereses.
Aunque este partido carece de representación en el Parlamento vasco, como reflejo de su importante retroceso electoral en Euskadi, su presencia en las Juntas de Álava y de Gipuzkoa se había convertido en determinante para poder actualizar la normativa vigente. Al menos a los ojos de PNV y PSE, que han remarcado el acento social de su iniciativa para que los morados dijeran que sí, porque no bastaba con su abstención. Entre otras medidas, introdujeron facilidades para los jóvenes en el acceso a la vivienda, recortes de deducciones para las rentas altas y subieron de 19.000 a 20.000 euros el límite exento en el IRPF (ahora es de 14.000), lo que en la práctica eximiría de tributar a quienes ahora cobran el salario mínimo.
Además de carga ideológica, una reforma fiscal toca aspectos muy sensibles, como el delicado equilibro entre las rebajas tributarias y la presión para elevar los ingresos, aunque sea transitoriamente. Podemos, que acaba de estrenar liderazgo en Euskadi, ha dudado. Y es legítimo. Entre hacer valer su escasa representación para reivindicarse con el ánimo de que sirva de revulsivo. Y evitar un pacto con PNV y PSE que pueda aprovechar Bildu para crecer a su costa. Con unos jeltzales a los que Ione Belarra llamó desde Madrid «cachorritos de Repsol» por oponerse a un impuesto a las energéticas. Si los partidos se empeñan en introducir la variable electoral y los vetos cruzados, la reforma fiscal se quedará en el cajón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Tres días de desfiles de Moda Norte en Santander
El Diario Montañés
Terelu repetirá en el Zorrilla tras aplaudir el público en pie su debut en el teatro
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.