Norris acaba con el reinado de Verstappen
Un miembro del equipo Mercedes trabajando en Hungría. Zoltan Balogh

El precio del desorden

El comportamiento de Mercedes compensa el castigo de los aranceles de EE UU y limita a un 0,7% el revés exportador en Euskadi

Lunes, 18 de agosto 2025, 23:57

Desde que Donald Trump impuso el hachazo arancelario como procedimiento para resolver supuestas cuentas pendientes de su país con el mundo, las víctimas de su ... proteccionismo desinformado y primario sabían que la ruptura unilateral con las normas que gobernaban el comercio desde la Segunda Guerra Mundial tendría un precio. Ya llevan meses pagando, primero por la incertidumbre y después por los porcentajes arbitrarios, y las consecuencias se reflejan ya en las estadísticas. Como cabía prever, el coste para las economías exportadoras es oneroso.

Publicidad

En los turbulentos seis primeros meses de mandato del republicano, en un panorama en el que las ventas de España al exterior se situaron en máximos y llegaron a crecer un 1%, las exportaciones a Estados Unidos cayeron un 5,1%. Con los sectores del aceite de oliva y el automóvil como grandes damnificados. El déficit comercial de nuestro país con el estadounidense creció un 37%, aumentando aún más el desequilibrio entre ambos para satisfacción del promotor de este desorden. El 66% de la actividad en el extranjero se concentra en un millar de empresas, un ámbito muy sensible a los vaivenes. Europa sigue siendo el primer mercado para las firmas nacionales.

En el primer semestre del año, Euskadi vio reducirse sus exportaciones en un 0,7%. La coyuntura es especialmente complicada para una comunidad que al impacto arancelario suma la menor demanda de sus primeros socios comerciales, Alemania y Francia. Solo el comportamiento de Mercedes permitió compensar descensos como el de la industria de componentes, que acusa el efecto de las tarifas y la crisis estructural por la transición energética y las exigencias medioambientales, o los gravosos porcentajes aplicados a la siderurgia.

La situación en el conjunto del país empuja a las empresas a lanzar las redes en nuevos caladeros. Los cambios en los destinos exportadores ya se venían registrando desde la pandemia. Lo demuestra la mejora de los intercambios con Asia o África. Crecer en un ámbito estable como el comunitario constituye un desafío al que, sin embargo, no hay que renunciar. Portugal compra a España más que China y EE UU juntos. La proximidad sigue contando a la hora de conseguir clientes, al igual que el peso creciente entre los consumidores de factores como la sostenibilidad y la calidad de los productos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad