Osakidetza necesita soluciones
La utilidad del Pacto de Salud y del inminente foro de seguridad se mide no solo por los acuerdos, sino por la incorporación de mejoras eficaces
Es importante que el Pacto de Salud haya finalizado tras diez meses de debates con un amplio consenso sobre los males de Osakidetza. Pero lo ... es más aún que las soluciones aportadas por sus representantes políticos, sindicales y profesionales se incorporen con celeridad a una sanidad pública que se duele por la falta de médicos y la necesidad de mejorar la asistencia a sus pacientes, especialmente en la Atención Primaria y en evitar las listas de espera. Sin remedios eficaces, el diagnóstico no se podrá ejecutar del todo.
Los partidos colocaron a Osakidetza en el foco de las últimas elecciones autonómicas que llevaron a Imanol Pradales a Ajuria Enea. En su primera gran iniciativa como lehendakari, el Pacto de Salud ha servido de mesa de conciliación entre las necesidades de los vascos, nuevas y aceleradas tras el covid, y la «transformación» pendiente que defiende el consejero Alberto Martínez para el sistema público sanitario. La dotación económica sigue siendo esencial, pero no garantiza la calidad del servicio por sí sola, como recordó el pediatra de cuidados paliativos reprendido por trabajar fuera de su horario laboral. «No queremos más dinero, pedimos más personal», decía.
Es innegable que se ha producido una considerable fuga de pacientes y sanitarios a la red privada, remarcada a raíz de la pandemia. Por eso es clave reforzar la competitividad del sistema público frente a las firmas privadas. Se impone mejorar la atención a los pacientes y hacer de Osakidetza -la mayor empresa de Euskadi con alrededor de 40.000 empleados en hospitales y ambulatorios- un espacio más interesante para el trabajo de los profesionales que tanto necesita el Servicio Vasco de Salud si quiere recuperar el prestigio y volver a ser la joya de la corona del autogobierno. Dos hechos recurrentes en el debate actual han frenado un acuerdo mayor: la relación con la red privada y la política lingüística. No sólo son motivo de discrepancia en este foro, sino que son asignaturas pendientes también en la gestión educativa.
La política vasca se ha dotado de mesas plurales en busca de soluciones a problemas estructurales. La sanidad y, a partir del lunes, la seguridad, ambas grandes preocupaciones, son abordadas en foros a los que hay que exigir el mayor consenso posible. Pero, sobre todo, utilidad para que no repitan los tics partidistas del debate parlamentario. O un electoralismo que resta eficacia al objetivo compartido de atajar los achaques de Euskadi y de prevenirse para el futuro.
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