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Opinión

Leer el mensaje de las urnas

El nuevo Gobierno vasco deberá hilar muy fino en sus prioridades y escuchar con atención el apoyo crítico del electorado

Martes, 23 de abril 2024, 00:04

Los partidos analizan los resultados de las elecciones vascas del domingo y perfilan sus estrategias para la nueva legislatura, en la que con toda probabilidad ... se reeditará la coalición PNV-PSE, que revalidó la mayoría absoluta, con Imanol Pradales como lehendakari. Ambos partidos coincidieron ayer en la conveniencia de cerrar «cuanto antes» un acuerdo que ha de incluir un programa de Gobierno, volcado en buscar respuestas eficaces a las principales preocupaciones de la ciudadanía -sanidad, vivienda, mejora del empleo, seguridad...-, y un reparto de carteras con un mayor peso de los socialistas en consonancia con el reequilibrio de fuerzas en el Parlamento. Al frente de la oposición tras un histórico empate a escaños con los jeltzales que le convierte en una seria alternativa de poder, pese a no completar el 'sorpasso', EH Bildu someterá a un intenso marcaje al próximo Ejecutivo. Su espectacular ascenso refleja la transformación registrada en Euskadi doce años y medio después de que ETA dejara la armas al ser premiado un discurso de marcado acento social con el que ha crecido entre los jóvenes y en el espacio de la izquierda confederal sin que le haya penalizado su complicidad con el terrorismo. Ello revela un deseo por pasar página muy arraigado, aunque moralmente puede ser cuestionable.

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Superado el vértigo a sucumbir por primera vez ante la izquierda abertzale, Sabin Etxea cometerá un error si cae en la autocomplacencia tras una victoria en votos por la mínima que le da un respiro, pero le obliga a una autocrítica sobre las razones por las que su hegemonía se ha visto tan amenazada. Del acierto en el diagnóstico y en las medidas para enderezar la situación dependerá que el 21-A haya sido un susto o el inicio de un cambio de época. Es paradójico el mayoritario aprobado a la gestión de la Administración vasca, salvo en Osakidetza, y el refuerzo en las urnas al principal grupo opositor, lo que sugiere un cierto desgaste de la marca PNV. Mientras el deterioro del servicio de salud, que es urgente corregir, alimenta la desafección hacia los jeltzales entre las personas de avanza edad -principales usuarios de la sanidad-, el extendido malestar entre los jóvenes por las trabas para construir un proyecto de vida por la carestía de los pisos y los bajos salarios les empuja a apostar por el cambio político. El Gobierno vasco habrá de hilar muy fino en sus prioridades y escuchar con atención el apoyo crítico de las urnas.

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