Continuismo presupuestario
La distribución del gasto en las primeras Cuentas de Pradales no refleja cambios en las prioridades del Gobierno vasco
Los Presupuestos de las instituciones tienen una estructura consolidada que, con ligeros retoques, suelen conservar en sus grandes líneas año a año, salvo circunstancias absolutamente ... excepcionales. Los primeros con Imanol Pradales de lehendakari, cuyo proyecto aprobó ayer el Gobierno vasco, siguen esa pauta. A falta de conocer en detalle sus partidas, en las que con total certeza habrá novedades relevantes, la distribución del gasto entre los departamentos es continuista respecto a los precedentes pese a los reiterados mensajes que anunciaban una firme apuesta por el refuerzo de la atención sanitaria, la seguridad y el acceso a la vivienda. Tres prioridades que no por casualidad coinciden con las grandes preocupaciones de los ciudadanos, junto a la situación de la economía, y con las que el Ejecutivo pretende lanzar el mensaje de que las hace suyas, aunque los fondos destinados a ellas no incluyan sobresalientes variaciones.
El fortalecimiento de los servicios públicos -una incuestionable necesidad que resume esos objetivos, sobre la que giró el debate de las elecciones autonómicas y que explica en buena parte el desgaste del PNV- es el gran desafío de las Cuentas. El aumento del gasto en un 4,7% para hacerlo posible y, de paso, impulsar la inversión y mantener el compromiso de mejorar un 6% anual la dirigida al I+D obliga a la Administración vasca a elevar un 53,7% su endeudamiento, hasta los 1.285 millones, una de las principales sorpresas del texto. Las saneadas finanzas de Euskadi permiten realizar ese esfuerzo sin sobresaltos. Contrasta con los discursos oficiales que ponen la sanidad en el foco de la acción del Gobierno que los recursos para el Departamento de Salud -el que más dinero absorbe, 5.115,9 millones de euros- se incrementen menos que el conjunto del Presupuesto, en cuyo peso total incluso pierde alguna centésima, hasta el 32,52%. Aunque es posible que los problemas del sector no se resuelvan solo con más medios, sino también con una organización más idónea.
El proyecto prevé un crecimiento económico del 2,1%, algo superior al de este ejercicio, en un escenario internacional poco propicio para la industria. Aunque el PNV y el PSE disponen de mayoría absoluta en el Parlamento, es de esperar que el debate parlamentario permita enriquecer el texto con aportaciones valiosas de la oposición en un momento en el que nuestro tejido productivo se enfrenta a transformaciones de cuyo éxito dependerá el futuro.
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