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La consejera de Salud no despeja las dudas sobre la vacunación irregular de altos cargos, pero confirma el desbarajuste del procesoel correo
Jueves, 28 de enero 2021, 00:40
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Editorial ·
La consejera de Salud no despeja las dudas sobre la vacunación irregular de altos cargos, pero confirma el desbarajuste del procesoel correo
Jueves, 28 de enero 2021, 00:40
La consejera de Salud asumió ayer su responsabilidad en el escándalo de las vacunaciones irregulares contra el covid descubiertas en dos hospitales, en los que ... altos cargos aprovecharon su estatus para saltarse el orden de prioridades establecido y ser inmunizados antes de lo que les correspondía. Gotzone Sagardui no explicó, sin embargo, en qué se traducirá ese reconocimiento más allá de la obviedad de que ella está al frente de la Sanidad pública vasca y ha de responder por su correcto funcionamiento, ya que descartó dimitir, como le reclamó con insistencia la oposición, y relevar a algunos de sus colaboradores por la escasa diligencia demostrada en el caso.
Su extensa comparecencia en el Parlamento vasco no sirvió para disipar las dudas existentes. La consejera puso de manifiesto groseras anomalías en la administración de vacunas en Basurto y Santa Marina e intentó levantar un cortafuegos con el cese de sus directores gerentes, Eduardo Maiz y José Luis Sabas, ambos del PNV. De su relato de los hechos se desprende un manifiesto descontrol del proceso en ambos centros por parte del departamento. Salud ignoró que al primero llegaron dosis sobrantes de residencias y que, en contra de lo fijado en los protocolos, fueron distribuidas entre varios jefes, sin que se encendiera ninguna alarma pese a la obligación de comunicarle la identidad de quienes las reciben. En el segundo se inmunizó a la inmensa mayoría del personal, incluido el directivo, como Sabas había comunicado a Sagardui días antes -ella, que había sostenido hasta ahora que no le constaba tal propósito, se escudó ayer en un posible error de comunicación-, aunque las normas vigentes estipulan que solo puede hacerlo de una vez la mitad para prevenir eventuales efectos adversos. Aun así, el Gobierno vasco envió al hospital todos los viales solicitados. El hecho de que con ellos fueran vacunadas, además, 16 personas ajenas al complejo -religiosos, sindicalistas, trabajadores de la cafetería y repartidores- es el estrambote a un mayúsculo despropósito.
Se hace inexcusable llegar hasta el fondo de este escándalo y depurar cuantas responsabilidades correspondan. Por el buen nombre de Osakidetza y porque el inadmisible ventajismo en el proceso de inmunización, aparte de merecer una severa reprobación moral, mina la confianza ciudadana en las instituciones cuando más necesaria resulta: en plena escalada de la pandemia.
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