El aumento en un 15% de los delitos de odio en Euskadi durante el pasado año no puede ser infravalorado incluso en el razonable supuesto ... de que, como sugiere el Gobierno vasco, tal evolución no responda tanto a la existencia de más comportamientos de esa índole como a una mayor conciencia social para hacer frente a los que se producen y sacarlos a la luz. Pero, incluso en ese caso, resulta inquietante el fuerte ascenso de los dos más habituales: los relacionados con el racismo y la orientación sexual. La estigmatización del diferente, sea cual sea el motivo argüido, es impropia de una sociedad avanzada en la que el respeto hacia los demás debe formar parte de los valores inculcados en la familia y en la escuela, y ser practicado con el ejemplo. El descenso de los delitos vinculados con razones ideológicas -mucho más frecuentes en el resto de España-refleja en parte una menor crispación política en nuestras calles y es posible que también una significativamente menor exhibición en ellas de ideas perseguidas durante décadas por el terrorismo. Pese a los avances en la libertad que ha supuesto la derrota de ETA, Euskadi tiene camino por delante para alcanzar una convivencia normalizada.
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