Borrar
Manuel Valls junto a Albert Rivera durante la manifestación convocada por Societat Civil Catalana. EFE
Descontento

Descontento

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 20 de marzo 2018, 00:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Lo que tenía que pasar está pasando, pero su mayor singularidad es que no acaba de pasar porque ha venido para quedarse. Hay manifestaciones en cien ciudades españolas, lo que es una prueba de que los españoles somos tan exigentes que no nos conformamos con lo que no tenemos. A los mayores en edad, saber y desgobierno nos han dado el timo del tocomocho tantas veces que no sabemos con qué carta quedarnos. La engañosa esperanza (el adjetivo es de Shakespeare) crece bajo nuestras pisadas. El PP, el PSC y Ciudadanos, con sus numerosos líderes a la cabeza, acudieron el domingo a la marcha constitucionalista convocada en Barcelona por Societat Civil para pedir, más bien para exigir, el final del bloqueo político en Cataluña. Mientras, Carles Puigdemont sigue adelante con el ‘procés’. La probable salida de la Unión Europea, dicen ahora, hubiera hecho inviable la secesión. Hay cosas que únicamente se ven claras si han sido ocultadas con anterioridad.

Nuestro contenible avance secesionista ha sido frenado por el intermitente ‘seny’ mientras el secretario del PSC, Miquel Iceta, se muestra cada vez más indignado por el vacío del Govern. Lo que más preocupante parece ahora, hasta el punto de ocuparlo todo, es que el bloqueo de la investidura cree dos bloques en el secesionismo. El ex primer ministro francés Manuel Valls, que nació en Barcelona, ha mostrado su oposición a la independencia de Cataluña, pero lo peor de los malos sueños es que despierten y nos pillen adormilados a todos los demás. Mientras, se crean dos bloques en el secesionismo, por si no nos conformáramos con uno. La salida de la Unión Europea hubiera hecho imposible lo que ahora todavía no pasa de ser improbable. El llamado ‘procés’ ha fracasado. Eso es todo, pero no es más que el final de la primera parte.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios