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JOSÉ IBARROLA

El coste económico del terror: dificultades para su cálculo

ETA causó un grave daño económico, pero la coincidencia cronológica convierte en misión casi imposible analizar el terrorismo y la crisis como causas separadas de la decadencia vasca

Sábado, 17 de febrero 2018, 01:28

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En 1979, Javier García Egocheaga le dijo a Xabier Arzalluz, en respuesta a un requerimiento de este, que sobraban cien mil trabajadores en la industria ... vasca. El que fuera después consejero y vicepresidente del Gobierno vasco conocía bien la profundidad de la crisis por haber sido hasta entonces director general de Industria, e incluso se quedó corto en sus pesimistas estimaciones, pues en los quince años siguientes se perdieron 130.000 empleos. Una buena parte de la industria tradicional vasca no logró adaptarse a las nuevas circunstancias de los años 80 y 90, mucho más exigentes para los empresarios debido a la actuación libre y contundente de los sindicatos, la apertura de los mercados y la aparición de nuevas tecnologías y competidores. A menudo las fábricas se dejaron caer sin atender a las inversiones requeridas para su supervivencia o modernización. En este ambiente de profunda decadencia económica ejerció ETA su actividad terrorista.

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