Compás de espera
Aún no se ha publicado la sentencia motivada de la condena del fiscal general del Estado y hay a quien la espera se le está ... haciendo larga. El caso es que, y sin negar que convendría no demorar esa publicación, me parece que, en realidad, nos pasamos la vida esperando: esperamos el resultado de unos análisis o de unas oposiciones o de una entrevista de trabajo, esperamos wasaps, esperamos llamadas. Y es difícil esperar cuando se trata de asuntos importantes. Yo, al menos, llevo regular esos periodos. Creo que soy impaciente y algo impetuosa. Estoy haciendo cualquier tarea, y a cada poco, me viene a la cabeza aquello de lo que estoy pendiente y me desconcentro. Algunos días, además, soy optimista respecto a la resolución; otros, en cambio, me atenaza la sombra de las complicaciones. Para el nuevo año, me he propuesto sobrellevar mejor la incertidumbre. Al fin y al cabo, el compás de espera forma parte de la música de la vida, y más vale asimilarlo cuanto antes.
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