No se sabe
Una cosa es el emérito y lo que haya hecho y otra la monarquía como institución
Esto cada vez tiene peor pinta. Me refiero al lío que se está montando en torno al monarca emérito. Tan anciano. Y tan lejos de ... casa. Por cierto, ¿dónde está? Se rumorea que está en Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes. En un hotel de superlujo. En una suite de ensueño cuyo precio, según 'ABC', pasa de los 10.000 euros por noche. Pero ¿qué hace allí solo? Es raro. Me imagino que tendrá de todo, claro: buena comida, buenos fármacos, ayudante de cámara, terraza con vistas, jacuzzi, Netflix, etcétera. Pero, aun así. No sé. Da pena.
García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, dice que el monarca emérito puede volver a España cuando quiera. Y es cierto, claro que sí. De hecho, decirlo es un obviedad innecesaria. Y plantea una duda: ¿por qué se fue, entonces? Y sin despedirse. Nadie le ha echado, que se sepa. Además, ¿quién podría echarle a él y por qué? No sé. Hay algo borroso, ya digo. A mí me da la sensación de que no se habla del todo claro. Carlos Herrera dice que el monarca emérito «está hasta los huevos» (literal, perdón) de vivir en ese hotelazo. Dice que quiere volver. Pero ¿quién diablos se lo impide? En fin.
Luego está lo de Corinna. Otro barullo. ¿Ese culebrón no se va a acabar nunca? Ahora Corinna afirma que ha sido amenazada de muerte. ¿Perdona? Esa mujer habla mucho. No veas cómo casca. Dice que ha grabado cosas y asegura que saldrían a la luz si le ocurriera algo. Una tía de cuidado, ojo con ella. Tiene pinta de que se las sabe todas. Aunque ya ha largado bastante, la verdad. Y el Villarejo anda por medio, así que fíate. Menudo par.
Y por lo que respecta a la Hacienda pública y los presuntos miles de millones en paraísos fiscales, bueno, eso todavía no se sabe. No, no se sabe. Puede que el monarca emérito tenga algún asunto que aclarar con Hacienda, lo digo como hipótesis. Pero eso se arregla y ya está. Vamos a ver, un jefe de Estado tiene que ser leal con la Hacienda pública, de acuerdo. Eso nadie lo niega. Pero, aun así, hay que tener en cuenta que el emérito ya no es el jefe del Estado. Ahora es su hijo, no él. Son distintos. Por otra parte, hay que separar a la persona de la institución. O sea, hay que pensar que el monarca emérito ya no tiene nada que ver con la monarquía. No es tan difícil, creo yo. Una cosa es el monarca y lo que haya hecho, que ya se verá, y otra cosa es la monarquía como institución. No sé si me explico.
En definitiva, ¿qué es mejor, hablar claro o no? Yo opino que es mejor hablar claro. Hay quien opina que hablando borroso cabe la posibilidad de que la gente no se entere. Pero, como decía John Le Carré, eso suele acabar mal.
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